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Dominicana y Haití: avanzando hacia el entendimiento

5 de agosto de 2014

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En el ambiente de unidad, integración y cooperación que recorre a América Latina y el Caribe, donde se hacen realidad cada día con más fuerza los principios de unidad en la diversidad, era imprescindible que los pueblos de República Dominicana y Haití -que comparten el territorio de la isla La Española, con que tropezó a su paso el polémico Cristóbal Colón-, hallaran vías para lograr un entendimiento estable y a largo plazo para el beneficio mutuo.

Tanto dominicanos como haitianos se han caracterizado en el Caribe por su condición de rebeldes y heroicos; han desafiado poderes coloniales y tiranías sangrientas; han luchado ambos contra la pobreza extrema y el subdesarrollo; han sufrido la explotación y el saqueo capitalista más despiadado; los dos fueron víctimas de la intervención militar imperialista de Estados Unidos en diferentes etapas.

República Dominicana y Haití no pueden, por tanto, seguir caminos divergentes y mucho menos en momentos en que los vientos de unión soplan con fuerza en el Caribe -en las Antillas, que llamó Martí-, tanto en las islas de habla española como inglesa y francesa , incluida la colonizada Puerto Rico.

De ahí que el tercer diálogo bilateral, recién concluido en la localidad quisqueyana de Juan Dolio, haya sido recibido con satisfacción y como una positiva continuación de los iniciados en enero pasado. La Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) estimuló este diálogo en su pasada Cumbre de La Habana y ello fue acogido de manera constructiva por los gobiernos dominicano y haitiano con  celeridad y madurez.

En esta ocasión, se aprobó una agenda de trabajo conjunta a cargo de la Comisión Mixta Bilateral ya existente, que tiene la responsabilidad de dar seguimiento y poner en marcha los diferentes acuerdos ya firmados y los futuros.

Particular importancia han tenido los acuerdos relacionados con el tema migratorio. Haití anunció el inicio de un programa de identificación de sus ciudadanos en Dominicana mientras este país informó sobre el plan de regularización de personas fuera de las leyes migratorias.

Se dialogó también acerca de la necesidad de concretar un tratado de extradición  y la colaboración en áreas económicas, de transporte, de seguridad alimentaria, de cultura y de combate a la pobreza. Se acordó armonizar normas fitosanitarias, medioambientales y arancelarias.

De este modo, los gobiernos presididos por Michael Martelly y Danilo Medina siguen dando pasos consecuentes y avanzan hacia una mayor cooperación y entendimiento, que es indispensable para el progreso de ambos pueblos reunidos en tan reducido espacio insular, obligados a compartir esfuerzos y a enfrentarse a la explotación de que pretenden hacerlos víctimas los grandes poderes económicos del neoliberalismo.

Ellos están dando una muestra valiosa en interés de Nuestra América.

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