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Disparándose al propio pie

1 de julio de 2024

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La Unión Europea ha anunciado el décimo cuarto paquete de sanciones coercitivas unilaterales contra la Federación de Rusia, añadiendo así un nuevo eslabón a la larga cadena que viene construyendo desde hace más de dos años, arrastrada e inspirada por el gobierno imperialista de Estados Unidos quien es realmente el fabricante de esa política que lleva a cabo en beneficio propio.

La campaña electoral estadounidense espectacularmente reñida ha determinado al parecer que la candidatura reeleccionista de Biden haga esfuerzos múltiples por la obtención del financiamiento indispensable para obtener el triunfo frente a su rival Trump -que también busca dinero desesperadamente para sostener su aspiración en medio de multas judiciales- y así se concentran recursos en favorecer  al complejo militar-industrial  y a las poderosas transnacionales  yanquis del petróleo y el gas.

El pretexto visible de tal situación es el conflicto ucraniano y la guerra no declarada contra Rusia y su aliada China se extiende cada día más al terreno económico, donde el aterrorizado Imperio contempla cómo pierde fuerza y posicionamiento global y culpa a las dos potencias antes mencionadas de su declive y dificultades. Con o sin conflicto en Ucrania, el sistema dominante en Estados Unidos siente que está obligado a impedir el progreso y la expansión económica de Rusia y China, a quienes considera competidores desafiantes que lo desplazan en medio del nuevo orden multilateral del mundo.

Víctima de todo lo anterior queda la Unión Europea, de quién puede decirse que “se dispara en su propio pié”, cuando se suma sin motivos a esa guerra económica contra Rusia y por extensión también contra China.

La intención evidente del gobierno imperialista de Estados Unidos de convertirse en suministrador principal y prácticamente único de gas y petróleo de los países europeos no solo les encarece la importación de ambos productos esenciales para su industria sino que traslada esos incrementos a la población de forma vertiginosa, que no es compensada ni por los salarios ni por las pensiones actuales.

Los recientes resultados electorales de los comicios europeos seguramente están relacionados con ese fantasma que se proyecta ya amenazante sobre los pueblos asustados del Viejo Continente, quienes observan con lógica preocupación las consecuencias de esa dependencia de Estados Unidos.

Del conflicto ucraniano, esta es una de las más importantes derivaciones.

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