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Disculpas vanas

20 de agosto de 2017

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Así se consideró la actitud tibia del presidente norteamericano, Donald Trump, luego de verse obligado por legislativos demócratas y republicanos a lamentar la violencia generalizada por supremacistas blancos en todo un contexto que confirma el auge de la ultraderecha, principalmente en los estados de Virginia, Carolina del Norte y Texas, aunque las demostraciones racistas están ocurriendo en cualquier parte de Estados Unidos.

Solo desde que se anunció su victoria en la carrera por la presidencia, ocurrieron 700 actos racistas en menos de 48 horas, con pleno papel protagónico del Ku Klux Klan, tras lo cual su discurso constante ha despertado lo más violento de los supremacistas blancos, al condurarse impunes ante cualquier hecho vandálico que protagonizaran.

Sana convivencia en la sociedad, con derechos, libertades e inclusión social, es algo que está ausente en los discursos de Trump, quien, en un inicio, llegó a criticar a la marcha antirracista que intentaba oponerse al desempeño de los supremacistas, que  causaron la muerte de una afronorteamericana de 32 años, al lanzar un vehículo contra la multitud que los rechazaba.

Pero las críticas le torcieron el brazo a Trump, y se vio obligado tardamente a criticar el supremacismo, a los neonazis y al Ku Klux Klan, lo que supongo le habrá sido muy doloroso, aunque todo ello, como sabemos, queda de dientes para afuera.

Lo real es que el equipo que acompaña en la presidencia a Donald Trump, en el cual tres de ellos son supremacistas blancos, alienta el conservadurismo y defiende sus promesas, como han indicado en la más reciente Conferencia de Acción Política Conservadora, celebrada en el Resort Nacional Gaylord y Centro de Convenciones en Nacional Harbor, en Maryland.

De la mano del vicepresidente Mike Pence y el estratega jefe de la Casa Blanca, Steve Bannon, el equipo del presidente Donald Trump alentó a la plana mayor del conservadurismo en EE.UU, ante la que aseguró que el multimillonario cumplirá todas sus promesas.

Este ha sido el mayor encuentro de la ultraderecha este año, y aunque el propio Trump apareció en el final del evento, la plana mayor del grupo, junto a la asesora presidencial Kellyanne Conway, mostró orgullosa los logros del rubicolorado mandatario, enfrentado desde el inicio de su candidatura a la vieja guardia del partido republicano, que ahora le agradece haber recuperado el poder.

Para ganarse el favor de los presentes, Pence comparó a Trump con un referente intachable del conservadurismo, el expresidente Ronald Reagan (1981-1989), al afirmar que “el presidente Trump ha dado voz a las aspiraciones y frustraciones del pueblo estadounidense como ningún otro líder desde Reagan”.

Conway consideró que Trump y Pence realizaron un “excelente trabajo”, transmitiendo el mensaje de su campaña para ganar los comicios, pero sobre todo destacó el hecho de que el magnate no fuera un político convencional y tuviera la capacidad de volver a ilusionar a las bases.

“Todos los movimientos políticos necesitan una infusión de nueva energía”, apuntó la consejera, quien agradeció a los asistentes el compromiso en sus comunidades para aupar la candidatura de Trump, mientras Bannon, considerado uno de los principales cerebros tras las políticas del mandatario, insistió en que el cambio que llega de la mano del magnate no se quedará en meras promesas.

“Si quieren saber la agenda de Trump, es muy simple. Todo está en sus discursos. (….) Es probablemente el mejor orador público desde William Jennings Bryan -populista demócrata (1860-1925)-. Esto fue galvanizador”, aseguró Bannon -el más alineado con el supremacismo blanco- respecto al poder de Trump para llegar a los votantes durante la campaña electoral.

Así, insistió, Trump “está centrado obsesivamente” en cumplir sus promesas electorales, y su trabajo es hacer posible esa ejecución.

Pero Trump ha hecho muy poco objetivamente para mejorar la economía norteamericana y devolverle el trabajo a millones de obreros que perdieron sus empleos en cinco estados del nordeste, mientras alienta a racistas y neonazis, lo cual ha hecho expresar a un personaje nada sospechoso de izquierdista, el también republicano y ex gobernador de California Arnold Schwarzenegger en un mensaje de video a Trump, recogido en el portal Cubasí: “Como presidente de este gran país, usted tiene una responsabilidad moral de enviar un mensaje inequívoco de que no va a tolerar ni el odio ni el racismo. No existen dos lados para ello”, respondiendo al comentario de Trump de que  la marcha en contra de activistas negros también fue violenta.

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