Derrotada amenaza pirata en el Caribe
25 de mayo de 2020
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La amenaza pirata lanzada por el régimen de Trump sobre un eventual bloqueo, intercepción o ataque a la flota de cinco buques tanqueros iraníes conducentes de gasolina (800 000 barriles, equivalentes a 127 millones de litros) e insumos para las refinerías petroleras venezolanas, fue derrotada por la actuación firme, decidida e inteligente de la República Islámica de Irán y la República Bolivariana de Venezuela.
Como es habitual, el actual gobierno imperialista de Estados Unidos -que se supone dueño del mundo y no respeta ninguna ley, convención o compromiso internacional aunque dicho país lo haya suscrito anteriormente-, había advertido que no permitiría la consumación de esa acción pacífica de colaboración y comercio entre dos países soberanos e independientes, en uso de sus derechos universalmente respetados y sin estar obligados a rendir cuentas al Imperio.
El siempre locuaz almirante Craig Faller, jefe del Comando Sur, sirvió de vocero a las pretensiones yanquis y amenazó una vez más con utilizar su fuerza naval y aérea, desplegada en el Mar Caribe, para impedir la realización de la extraordinaria acción solidaria iniciada el 13 de mayo, cuando comenzó la larga travesía de las naves iraníes desde el Golfo Pérsico, atravesando el Canal de Suez, el Mediterráneo y el Estrecho de Gibraltar hasta llegar al Atlántico y enrumbar hacia las costas venezolanas.
Fue., por tanto, también una hazaña naval de las tripulaciones iraníes y sus capitanes. No es la primera vez que Irán desprecia la prepotencia y la arrogancia irracional de sus enemigos, que en este caso lo son también del derecho internacional y la paz mundial, y hace prevalecer sus derechos serenamente, sin fanfarria, con transparencia y aplomo.
Ante las brutales amenazas yanquis, Irán había advertido que actuaría de manera recíproca y contundente en caso de producirse cualquier ataque contra el derecho a la libre navegación y el comercio internacional, que tanto dicen defender los propios Estados Unidos y sus socios.
Afortunadamente, esta vez parecen haber prevalecido el buen juicio y la prudencia, -tan ausentes de la Casa Blanca bajo este régimen,- sin faltar seguramente los consejos de algunos aliados asustados, que fueron capaces de valorar justamente las consecuencias de una agresión a mansalva a los mercantes iraníes y así lo advirtieron al Imperio.
Algunos medios de prensa han calificado lo ocurrido como “el velorio de James Monroe” y otros lo llaman “el clavo final al ataúd de Monroe”, recordando a la vieja y desprestigiada doctrina mediante la cual el imperialismo yanqui ha pretendido hacerse dueño de América Latina y el Caribe a lo largo de una sangrienta historia de intervenciones y agresiones.
Lo cierto es que Irán y Venezuela han dado un ejemplo de dignidad y justicia, que mucho necesita el agobiado y amenazado mundo de hoy.
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