Derrota colorada en Paraguay
25 de noviembre de 2015
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Eclipsada por otros acontecimientos internacionales que coincidieron cronológicamente con su fecha de celebración, las elecciones municipales en Paraguay –país habitualmente relegado por los medios de comunicación– marcaron la configuración de lo que muchos analistas llegaron a calificar como “un nuevo mapa político” para ese país sudamericano.
Resulta que la derrota del gobernante Partido Colorado en 108 de los 250 municipios del país, incluida la capital Asunción, se convierte en una peligrosa advertencia con vistas a las elecciones presidenciales de 2018 para cuya reelección se prepara el actual mandatario Horacio Carter, a quien consideran como “el gran perdedor” de estos comicios, pues fue una campaña donde el presidente se involucró a fondo en la defensa de los candidatos colorados participando activamente.
Emergió como figura prominente tras los resultados electorales el comunicador Mario Ferreiro, quién fue candidato presidencial en 2013, y ahora conquistó un amplio triunfo en sus aspiraciones a alcalde de la capital bajo el lema del Partido Revolucionario Febrerista –viejo conglomerado político de tendencia socialdemócrata e históricamente adversario de los colorados– apoyado por diversos grupos de izquierda de diferente signo, con excepción del Frente Guazú que encabeza el expresidente Fernando Lugo.
El Partido Liberal Radical Auténtico, que se alió a los colorados en el Congreso para facilitar el “golpe blanco” contra Lugo, formó parte también de los apoyos de Ferreira, lo cual abre numerosas interrogantes hacia el futuro.
El propio Ferreira ha afirmado: “La oposición va a tener que leer que las elecciones que se hicieron ahora es un gran capital, pero es necesario un acuerdo entre todos; si no se convoca a todos los sectores por más que ganemos Asunción, no va a ser fácil recuperar el gobierno para la oposición”.
En ese sentido, deberá desempeñar un importante papel el rumbo que tome el Frente Guazú encabezado por Lugo y las organizaciones de masas que giran a su alrededor, pues constituyen una decisiva fuerza para hacer inclinar la balanza política del país, particularmente en cuanto a esos futuros comicios presidenciales que ya se avizoran.
Por el momento, no dejan de ser significativos los resultados, para muchos inesperados, de estas elecciones municipales que, según los analistas, ya estaban formando parte de la estrategia colorada hacia las presidenciales y cuyos resultados significaron un duro golpe para Carter en lo personal y para sus aspiraciones reeleccionistas.
Ferreiro reconoció que, en Paraguay, su victoria es “un momento de inflexión”, aunque no se extendió en consideraciones personales, que serían prematuras, respecto a su desempeño inmediato como alcalde de la capital o incluso a una eventual candidatura presidencial.
La elección del nuevo alcalde de Asunción impidió a los colorados llegar a los 20 años ininterrumpidos gobernando la capital del país.
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