Derechos Humanos, sí o no
7 de diciembre de 2018
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Este 10 de diciembre el mundo debía celebrar –no creo que en muchos casos se pueda hacer en estos tiempos– el 70 aniversario de la Declaración Universal de Derechos Humanos.
Y digo debía celebrar con toda la intención de mundo; por cuanto resulta el tema más manipulado desde su proclamación misma, y de los más llevados y traídos por quienes usan como patrón único su versión del tema, sus intereses hegemónicos y el rasero característico que imponen los gobiernos de Estados Unidos.
Son las administraciones estadounidenses, cada vez en mayor medida, las que más sanciones han aplicado a países que, según la matriz de Washington, son violadores de estos derechos.
Incluso, bombardeos como el perpetrado durante 78 días y noches sobre la que fuera República Federativa de Yugoslavia, con la muerte de miles de civiles y la destrucción de buena parte de su infraestructura, se hizo por el gobierno norteamericano, alegando que allí se violaban los derechos humanos de los albano-kosovares, ciudadanos acosados por el terrorismo de grupos albaneses estimulados por Estados Unidos.
De aquel verdadero genocidio cometido por la aviación norteamericana y de la OTAN, la matriz mediática que se impuso no fue la de la violación de los derechos humanos por los agresores externos, sino, una foto de una caravana de kosovares que “huían” del maltrato de los serbios. Más tarde se supo que se trataba de un montaje hecho por Washington para “justificar” su masacre contra civiles yugoslavos.
Respecto a Cuba los gobiernos yanquis han querido imponer similar matriz para tratar de desacreditar a nuestro país en el tema de los derechos humanos.
Sin embargo, la verdad se ha ido imponiendo y salvo los gobernantes imperiales, son muy pocos los que se creen el cuento de la “violación de los derechos humanos por el gobierno cubano”.
La primera pregunta a hacerse tiene que ver con el significado mismo de las palabras derechos humanos.
Nuestro país sabe y el mundo debe saber, que el primer derecho humano es el derecho a la vida y aquí está garantizado como en pocos lugares de este planeta incierto.
Derecho a la educación, a la salud, a la alimentación, al trabajo, esas y no otras son las obligaciones que cada gobierno en el país que sea, debe garantizar en toda su dimensión.
Es Cuba, país pobre, bloqueado por la mayor potencia económica y militar del mundo, el único o unos de los muy pocos lugares donde la educación, gratuita, masiva y de calidad, se garantiza a toda la población desde los círculos infantiles hasta las universidades. Es además, de los pocos estados que realizó una masiva campaña de alfabetización y enseñó a leer y escribir a más del 97% de su población.
Respecto a la Salud, es Cuba referencia universal por su práctica sanitaria que llega al 100% de su población, de manera gratuita y de calidad y que, además, se ha extendido solidariamente por más casi 170 naciones donde nuestros profesionales de la salud han llevado este derecho a los lugares más intrincados, allí donde nunca llegó un galeno nacional o de otro país rico, como ocurre en Brasil.
De igual forma están garantizados el derecho al trabajo, la igualdad de género, y es reconocido tanto en el país como por organismos internacionales, como de los países más seguros del mundo, donde nunca, desde el triunfo revolucionario de 1959 se ha practicado la tortura ni la ejecución extrajudicial de algún reo.
En fecha como la del 10 de diciembre en correspondencia con el aniversario 70 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, Cuba, con su frente en alto, puede exhibir su ejemplo en cualquier parte del mundo.
Y aunque se insista en manipular la verdad cubana, de imponer un patrón de mentira contra la Isla, nos sabemos vencedores también en este aspecto, por cuanto somos cumplidores plenos de cada uno de los derechos humanos, en primer lugar del derecho a la vida de cada uno de nuestros ciudadanos.
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