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Democracia irrelevante

15 de febrero de 2016

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Tal como los bombardeos norteamericanos a pueblos indefensos son presentados atractivos al igual que cualquiera de sus buenas series televisivas, para el placer de una amplia audiencia adormilada, los inicios de la etapa intermedia de la campaña electoral presidencial han devenido sorpresas para algunos.
En este contexto algunos califican a los candidatos republicanos como los “chicos malos”, y, por decantación, “buenos” a los del Partido Demócrata, considerados más liberales, según entendimiento común, dejando a un lado que el establishment dominante es quien realmente maneja los hilos tras bambalinas, como cuando quiso disfrazarse de permisivo y tolerante, al dejar elegir y reelegir al primer y único Presidente negro.
Primarias, caucus, llámense como se llamen, han traído al ruedo a figuras como el veterano demócrata Bernard Sanders, quien dice considerarse socialista, dejando atrás por el momento a una superfavorita como Hillary Clinton, quien ha sufrido desde el 2014 una continuada campaña de desprestigio manejada por los republicanos.
Del lado de los “chicos malos” republicanos han estado sobresaliendo Donald Trump y Teo Cruz, dejando algo más atrás a contendientes quizás peores calificados de oportunistas.
Es decir, entre mediocres, malos y peores se encuentra el juego presidencial, en el que sobresale Sanders, un hombre de mil batallas que puede dar la sorpresa, si los magnates industriales lo permiten.
En ese país del Norte los estadounidenses más ricos pueden volar en sus propias aeronaves, vivir en fincas de lujo aisladas de todo el mundo y ver películas en sus propios cines. Pero a muchos de ellos también les asalta el deseo de aupar al poder a sus políticos favoritos, y quizás Sanders pueda “colarse” por ahí, alejando a un individuo considerado peligrosos, porque arremete contra todo, lo bueno y malo, como Trump.
En este contexto, los millonarios han creado lo que denominan ‘super PAC’, lógico nombre en la tierra de tantos supermanes.
PAC (Political Action Committee) son comités políticos que sirven de instrumentos a donantes individuales para financiar candidaturas políticas.
El fenómeno del ‘super PAC’ surgió en 2010 y permite recaudar una cantidad ilimitada de dinero de corporaciones, sindicatos, individuos y asociaciones e invertirlo en la promoción de candidatos o en ataques negativos a sus contrincantes.
Durante el ciclo electoral del 2014, 113 millones de dólares, un 16% del dinero recaudado por todos estos entes, procedió de comités dominados por un solo donante: cuatro veces más que en el 2012, y ello, por supuesto, es lo que prevalece en este 2016.
El aumento de grupos integrados por un solo donante es un nuevo ejemplo de cómo los cambios en la ley de financiación de campañas electorales están proporcionando una enorme influencia a un puñado de financiadores.
Subrayo: esta tendencia ha continuado este año, como pasó con Ted Cruz, respaldada no por un ‘super PAC’, sino por cuatro, cada uno de ellos controlado por un solo donante o por la familia del mismo.
De ahí que Cruz sorprendiera a Trump al inicio de las primarias, lo cual no es considerado ilegal por la Corte Suprema de Justicia.
O sea, a diferencia de los comités tradicionales de acción política, los grupos independientes pueden aceptar donaciones de cualquier importe en dólares. siempre que no coordinen su campaña con cualquier candidato. Pero, por supuesto, nadie tiene capacidad para controlar los contactos y acuerdos informales que vayan a producirse.
El uso de los ‘super PAC’ hace posible que incluso una persona con grandes recursos económicos cambie el equilibrio de poder en una región en concreto. Según ‘National Journal’, durante el 2014, el propietario de un viñedo en California lanzó su propio comité y se convirtió en un jugador fuerte en la carrera por las elecciones al Senado a escala nacional.
Un alcalde que ha exhibido tintes progresistas, el demócrata Bill de Blasio, de Nueva York, admitió que EE.UU. afronta problemas de democracia, y opina “que algunos políticos tratan de impedir la alta participación ciudadana en las elecciones”.
De Blasio aseguró que el país necesita una serie de reformas en este ámbito, entre ellas un registro de votantes más fácil en todo el país y la regulación del proceso electoral por cada estado, y no por la ley federal. Al mismo tiempo, expresó su apoyo a la candidata a la presidencia Hillary Clinton, con quien comparte la idea de las reformas.
“Ella propuso la idea de la estrategia nacional para dinamizar la votación, para que la gente participe. Creo que trata de decir que es hora de acabar con el estatus quo”, afirmó De Blasio. “Es hora de volver a involucrar a todos los norteamericanos en nuestro proceso democrático”, concluyó De Blasio, un hombre considerado honesto, aunque no creo que Hillary esté a la misma altura y, como pasan con la inmensa mayoría de quienes llegar a ser presidente, como Obama, están constantemente justificando –con o sin verosimilitud– porque incumplen sus promesas.

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