Del sueño a la pesadilla
19 de junio de 2018
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Los tiempos han cambiado tanto que ya ni siquiera se habla del sueño americano, esa vieja aspiración de millones de migrantes que intentan encontrar en los Estados Unidos un lugar de bonanza y seguridad para el recién llegado y sus familiares.
La migración, en especial la de América Latina y el Caribe (exceptuando la de Cuba por razones políticas) ha ido de mal en peor, en especial con la actual Administración estadounidense y sus medidas, ya calificadas como fascistas por especialistas del tema..
Ahora bien, desde el mismo momento en que un migrante decide iniciar el largo, penoso y peligroso viaje hacia el “sueño”, lo que comienza a vivir es una pesadilla, cargada de peligros, abusos y agresiones que, en muchos casos termina con la muerte o la deportación.
De ellos los que más sufren son los niños, quienes muchas veces llegan solos y terminan como presos comunes. Otros, los que viajaron con sus padres, de pronto se encuentran también solos, ya que las autoridades los separan de sus progenitores.
Las noticias más recientes hablan de estos últimos y, aunque algunas crónicas los ponen “jugando al fútbol” en sus prisiones, abusando de la candidez y la inocencia de las primeras edades, en la realidad son seres humanos a quienes no se les respetan sus más elementales derechos humanos.
En reciente declaración, el congresista demócrata Peter Welch, luego de una visita a un centro de detención en Texas, como parte de un grupo de legisladores y periodistas, calificó el lugar de “nada menos que una prisión”.
Esto avivó de inmediato la polémica presente hoy en esa nación, acerca de la actual política migratoria, conocida como “tolerancia cero” por la cual los niños, sencillamente, son separados de sus padres.
El centro visitado se le conoce como Ursula, aunque los migrantes le llaman “la Perrera”, en referencia a las jaulas donde inmigrantes recién llegados eran instalados y que ahora sirve para recibir a los niños separados de sus padres una vez que son detenidos por intentar cruzar ilegalmente la frontera con México.
Incluso Laura Bush, ex primera dama, en su momento comparó estas instalaciones con “los campos de internamiento utilizados para los estadounidenses de origen japonés durante la Segunda Guerra Mundial”.
Un despacho de la agencia AP señala que en cada una de esas jaulas permanecen encerrados, como bestias, unos 20 niños. Durante la visita describe que en cada una de ellas” había botellas de agua, bolsas de papas fritas y hojas de láminas grandes destinadas a servir como mantas”.
Tras visita el recinto, el citado congresista había sido noticia cuando no se le permitió el ingreso a otra instalación similar, que albergaba a unos mil 500 niños, lo que en su momento describió a la cadena CNN como el lugar “donde una gran cantidad de menores estaba dentro de una jaula de malla de alambre de unos 10 por 10 metros cerrada con cadenas”.
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