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Del otro lado del mostrador

24 de noviembre de 2017

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Algunas amigas argentinas me cuentan cómo han perdido sus empleos y no han vuelto a trabajar desde que Mauricio Macri asumió el poder hace dos años, por una vía democrática aprovechada ante el inmovilismo y la falta de previsión política de las hasta entonces fuerzas progresistas en la Presidencia.

Quizás también pudiéramos llamar a ello aprovechamiento por una derecha que llamaba a un cambio –para peor,como se ha comprobado- de la cada vez mayor fragmentación de la denominada izquierda y sus adláteres de centro

El entronizamiento de la política neoliberal que lleva a cabo Macri parece no tener fin, con la entrega de parte del patrimonio nacional a las trasnacionales, el encumbramiento de oligarcas y latifundistas y un control activo y efectivo de los medios de comunicación, que pintan como bueno lo malo hecho hasta ahora, como lo que acaba de suceder con el endeudamiento del país por cien años, mientras caen en el vacío acusaciones por fraude y otros tipos de corrupción en los que se aseguran están implicados el Presidente y varios miembros de su gabinete.

Ante esto son inútiles intentos separados de protesta como los que realizan de vez en cuando las centrales obreras, secundadas por una gran parte del pueblo, que por lo menos (del lobo, un pelo) logró que la ex presidenta Cristina Fernández entrara al Senado con la mayor votación obtenida por un legislativo opositor.

Pero ello no basta ante lo inerme que se está ante una deuda externa que acabará por devorarlo todo. .

El legislativo se resiste hoy a aprobar una reforma laboral macrista que haría más insostenible la vida del obrero, pero en tal cuerpo no se logra una oposición férrea a los desmanes del Presidente, quien trata de hacer creer que la deuda externa es un instrumento útil para el desarrollo y elcamino para lograr una sociedad más justa.

Claro que nada de esto es cierto, porque es en realidad la causa de que Argentina no sea un país más avanzado y sufra atrasos cíclicos, y motivo de los padecimientos del pueblo durante los dos siglos de independencia.

El investigador yeconomista argentino Andrés Alves explica que “hemos escuchado siempre que el financiamiento externo es la clave para el desarrollo del país, idea sustentada en una obviedad: no existe política económica viable sin crédito. Pero lo que no nos dijeron ni dicen cada vez que toman la palabra los portavoces del endeudamiento, es que del otro lado del mostrador del ‘sistema financiero internacional’ no hay simples e inocentes prestamistas dispuestos a hacer alguna ganancia, sino un complejo y bastante perverso sistema que a través de la usura transfiere ingentes recursos y somete a las naciones independientes”.

Y es que, como subrayamos antes, el endeudamiento ha sido históricamente la forma de la dependencia y por tanto el mecanismo por el cual Argentina ha perdurado en el subdesarrollo.

Mucho hay que decir sobre el particular, pero basta por el momento mostrar la decisión de Macri de endeudar a Argentina por cien años, para que los próximos 25 presidentes se encarguen del asunto, y de pagar a los Fondos Buitres

La estrategia de estos fue comprar bonos argentinos en default a precios de migaja para luego reclamar la totalidad del valor, por eso no aceptaron entrar al canje de la deuda que les hubiera implicado una quita parcial. Así es como, por ejemplo, el especulador Paul Singer, adquirió bonos defaulteados de Argentina por 48,7 millones de dólares reclamó al país 832 millones, obteniendo una ganancia de 1608%.

Es decir, y esto debe quedar muy claro, Paul Singer nunca le prestó dinero a Argentina, ni un solo dólar, y sin embargo, según la justicia norteamericana,se le deben miles de millones. Los Fondos Buitres se aprovechan de los quebrantos de los países para sacarles el mayor jugo posible, todo sin moverse de su escritorio en Wall Street. Macri acaba de santificar esta estafa.

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