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Del dicho al hecho…

16 de marzo de 2018

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… no hay mucho trecho, y por eso el peligro de un mandatario saltimbanqui y ególatra como Donald Trump, a quien el establishment tiene que estar corrigiendo constantemente, aunque eso lo traten de no darlo mucho a conocer.

Porque de la amenaza de borrar del mapa a la República Popular Democrática de Corea a acceder conversar con el líder norcoreano, Kim Jong-un pudiera pensarse que hubiera transcurrido mucho tiempo o bastantes cosas de por medio.

Pero solo bastó para que el presidente de Corea del Sur, Moon Jae-il, actuara con cerebro y corazón, y recogiera la “pista” dejada por su vecino septentrional para hacer converger a las dos Coreas en un equipo único en los juegos olímpicos de inverno efectuados en el sur, al tiempo que accedía a un mayor contacto diplomático y amistoso con el Norte hasta acordar un diálogo de alto nivel para finales de abril en la llamada Casa de la Paz, en el lado meridional de la Zona Desmilitarizada.

Sin que sea exactamente igual, esto se pudiera comparar con la decisión de Obama de tener relaciones diplomáticas con Cuba, luego de comprender la inutilidad de un bloqueo que, además de hacer sufrir al pueblo cubano, no iba a lograr su cometido de eliminar a la Revolución, sus gobernantes históricos y el apoyo de la mayoría de la población.

Con Norcorea es semejante, ya que quien conoce cómo actúa el pueblo norcoreano sabe que no valen de nada sanciones, amenazas, privaciones y otros desfases del imperialismo para sojuzgarlo, además de que apoya la política antiimperialista de la gobernanza, sin perder la esperanza de lograr la reunificación con sus hermanos del Sur.

En el caso del mandatario surcoreano, pienso que tenía cuestione previstas, entre ellas las de no dejarse influir por Trump ni la parafernalia bélica que envuelve a varios jefes militares de la parte meridional, presuntamente más obedientes a Washington que a Seúl.

Antes de acceder a conversar con Pyongyang, EE.UU. había bloqueado en el Consejo de Seguridad de la ONU un proyecto de declaración elaborado por Rusia y China, con el fin de apoyar el progreso de una solución pacífica para la actual situación en la península de Corea.

Ello cuestionó la sinceridad de Estados Unidos con respecto al proceso de normalización de la situación entre las dos Coreas, lo cual planteó preguntas acerca de las verdaderas intenciones de Washington en el contexto del incipiente deshielo en las relaciones intercoreanas.

El documento bloqueado es un proyecto de declaración de prensa del Consejo de Seguridad “en apoyo al progreso y la resolución de la situación en la península de Corea, impulsados por recientes acuerdos de avance sobre la celebración de reuniones al más alto nivel entre los líderes de Corea del Norte, EE.UU. y la República de Corea”.

La insinceridad de Washington ya se había mostrado, cuando evitó que el propio Consejo discutiera una hoja de ruta, elaborada por Moscú y Beijing, que tiene por objetivo excluir el uso de la fuerza o la amenaza de la misma en la península de Corea y promover un diálogo sin condiciones previas para dar una solución coherente a todos los problemas, incluyendo el de las armas nucleares.

La iniciativa, reproducida por el portal Cubasí, consiste en tres fases: la primera incluye una moratoria simultánea sobre el programa norcoreano de misiles y armas nucleares y los ejercicios conjuntos a gran escala de EEUU y Surcorea; la segunda etapa supone iniciar negociaciones directas entre Pyongyang, Washington y Seúl, y en el tercer ciclo se prevé comenzar negociaciones multilaterales para crear un mecanismo de paz y seguridad en el noreste de Asia, que posibilitará la desnuclearización de la península de Corea y la desmilitarización de la región.

Independientemente de lo que se pueda acordar en las próximas conversaciones de abril y mayo, la hoja de ruta ruso-china sigue siendo relevante.

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