Del caldo de cultivo a la carne de cañón
17 de enero de 2017
|
Muertos y detenidos terroristas de origen tunecino en París, Roma, Estambul y quizás algunosque otros en el infierno en que tienen convertida a Bagdad.
Todos integrantes del Daesh o Estado Islámico, reclutados de las filas de manifestantes que año tras año demuestran su descontento con la abusiva políticaoficial, salpicada de corrupción, generadora de un desempleo cada vez más galopantes del que no solo se salva, sino tiene puesta la mira, en la masa de egresados de estudios superiores.
Así se pierden vidas sanas, en ese caldo de cultivo del que el Daesh reclutó en un inicio a más de mil jóvenes para entrenarlos con el apoyo de la inteligencia británica, francesa, norteamericana y turca, y el financiamiento saudita y de otras satrapías árabes enemigas del gobierno antimperialista y antisionista de Bashar al Assad en Siria.
Precisamente, por Túnez se inició un movimiento que se convirtióen un bodrio, la denominada primavera árabe, que Occidente hizo suya para quitar regímenes impopulares y matizar su dominio en esa parte del mundo abundante en petróleo, entre otras riquezas.
Aquel movimiento se derivóde protestas estudiantiles y de desempleados, que este enero han vuelto a resurgir con fuerza, aunque con mayor carácter clasista, para no caer en las redes enemigas, tan atentas a provocar anarquía.
Las actuales autoridades no gozan de mucha popularidad, han sido acusadas de corruptas y mantienen una política económica fiel a los designios de quienes se reúnen periódicamente en Davos, Suiza, para dictar las medidas neoliberales de turno.
Es decir, se puede producir una situación tal como ocurrió en el 2011: bajos salarios. Índices elevados de desocupación, situados entre el 20% y el 30% en poblaciones en que el 75% son jóvenes de menos de 30 años.
Son precisamente estos los primeros que salieron a las calles, por una acción de las fuerzas represivas tunecinas contra jóvenes desocupados que practicaban venta ambulante en una aldea, eincitados además por el suicidio de varios adolescentes sin trabajo, un hecho revelador de una situación social desesperante.
Recordemos que las primeras protestas fueron espontáneas, y se iniciaron el 19 de diciembre del 2011, cuando un joven parado, Mohamed Bouazizi, se prendió fuego en protesta por la confiscación de las frutas y verduras que estaba vendiendo en un puesto callejero.
Tal como el ex dictador Zin el Abidin Ben Ali como gobiernos sucesivos han sido tildados de dictaduras conservadoras ultracorruptas. Documentos oficiales norteamericanos revelados por Wikileads definían al gobierno tunecino como una mafia, aliadas al imperialismo.
Ben Ali estuvo 24 años en el poder, intentó recuperar la iniciativa con algunas reformas, pero las masas siguieron en las calles, gritando slogans contra “los verdugos del pueblo”.
El país entero se levantó contra ese régimen político, y la actual situación tiende a repetirse, porque las circunstancias contrarias a la vida humana siguen vigentes.
Comentarios