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De Maldonado a Nahuel

7 de diciembre de 2017

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Durante meses el nombre de Santiago Maldonado estremeció a la Argentina y más allá de sus fronteras, cuando miles de sus compatriotas exigían conocer su paradero.

Finalmente la aparición de su cadáver, en un río donde fue visto por última vez, parecía que daba fin a una lucha que cuestionaba a las autoridades policiales de esa nación.

Ahora otro asesinato de un miembro de la comunidad mapuche vuelve a llenar titulares de la prensa argentina, Rafael Nahuel, joven asesinado por una bala disparada por los uniformados.

Según el testigo Pablo Curlo, los militares “disparaban rodilla en tierra desde la ruta y hacia la montaña, con armas largas. Mientras de abajo tiraban, desde arriba gritaban, paren de tirar, hay chicos, hay mujeres”. En este escenario de violencia Pablo precisó que había visto como dos personas bajaron a un muchacho que parecía herido. Era Rafael Nahuel, quien fallecía poco después.

Sin embargo las autoridades mantienen como imputados en la causa por el asesinato a los mapuches Fausto Jones y Lautaro Alejandro González, precisamente quienes bajaron la montaña con Rafael herido en una improvisada camilla.

Pero no solo eso, sino que días antes el Ministerio de Seguridad dictó una resolución que permite a los uniformados ignorar órdenes de los magistrados, es decir, la policía por encima de los jueces.

Por su parte se denuncia que el gobierno incrementó la presión sobre el juez que debe investigar este último asesinato. Tras una reunión de gabinete, Macri respaldó a la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, al estar inconformes con la decisión del juez de avanzar en una negociación con los mapuches para encontrar pruebas.

Luego del asesinato de Nahuel, señala una nota publicada en el diario argentino Página 12, el gobierno justifica el hecho y asegura que se dio en el contexto de un enfrentamiento armado con los mapuches.

Y cuando se le pidió pruebas a la ministra Bullrich dijo que “no las necesitaba”, mientras que el mandatario, además de apoyarla reclamó que se respete a la policía y a la ley.

Según publicó otro diario, el Clarín, Macri sostuvo que los prefectos no deberían haber intentado llamar para pedir permiso antes de abrir fuego con balas de plomo: deberían haberlo hecho sin consultar. “

Para reclamar, “Hay que volver a la época en la que dar la voz de alto significaba que había que entregarse”, o de dicho con otras palabras aplicar la represión de los tiempos de las dictaduras militares que llenaron de luto al pueblo argentino.

La guerra no declarada contra los mapuches seguirá adelante, con el respaldo oficial y reclamando mayor rigor en las medidas represivas no solo contra ellos, sino contra todo el que intente manifestar su rechazo a las medidas gubernamentales. Las víctimas son conocidas internacionalmente, los victimarios posiblemente nunca.

Bien lo sabe el mapuche Facundo Jones Huala, detenido por sus declaraciones en contra del gobierno al conocer que el cuerpo encontrado en el río era el de Maldonado.

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