Cumbre de los tres amigos
25 de febrero de 2014
|El título de este trabajo corresponde al nombre que le puso el presidente norteamericano Barack Obama a la reunión que sostiene este jueves en la ciudad mexicana de Toluca, con su anfitrión Enrique Peña Nieto y el primer ministro de Canadá, Stephen Harper.
Profundizar una integración comercial que cumple 20 años con el Tratado de Libre Comercio entre los tres países, es el objetivo de la reunión.
Obama, a su llegada, elogió a su par mexicano por las reformas que emprendió en el 2013, la fundamental de ellas, que se abra al sector privado y la inversión foránea la extracción de petróleo y gas, medida que ha sido fuertemente criticada por muchos sectores de la población.
El mandatario estadounidense dijo que la cumbre trilateral es una oportunidad para consagrar a América del Norte como la “región más competitiva del mundo”, por lo que emplazó a los tres países a hacer las “fronteras más eficientes para avanzar en una sociedad transpacífica”, que abra nuevos mercados hacia la región del Pacífico asiático.
Como una muestra de que no ha perdido la costumbre de inmiscuirse en los asuntos internos de otros estados, el presidente norteamericano “culpó a las autoridades ucranianas por las más recientes manifestaciones en Kiev que han dejado un saldo de más de 20 muertos”.
Por supuesto, ni una palabra dijo sobre el clima de violencia de esos manifestantes que han ocupado y quemado oficinas gubernamentales, incendiados autos y otros medios de transporte colectivo, y herido a centenares de policías.
El tema prioritario de la cita se enfoca en el comercio, más aun cuando Estados Unidos es el destino del 80% de las exportaciones mexicanas y el comercio bilateral alcanzó la cifra de 508 000 millones de dólares en el año 2013.
Los mandatarios esperan llegar a acuerdos para concretar alianzas similares con algunos países asiáticos, en lo que se conoce como Asociación Transpacífico.
En tanto, el gobierno canadiense está reclamando a Estados Unidos tomar finalmente una determinación sobre el oleoducto Keystone XL, un proyecto controvertido que llevaría petróleo desde Canadá a Texas (centro-sur de Estados Unidos), y que ha provocado objeciones masivas de ambientalistas.
Aunque para Obama y el Premier canadiense esta visita es un reflejo de la evaluación positiva que hacen sobre el Tratado de Libre Comercio entre los tres países, una realidad muy diferente se percibe hacia el interior de la nación azteca, donde un alto por ciento de la población campesina se ha visto perjudicada por la afluencia desde el Norte de productos subvencionados que arruinan al mercado interno.
No pueden quedar al margen de las negociaciones aspectos como la inmigración, el tema fronterizo y el narcotráfico, ya que uno y otro país tiene afectaciones al respecto.
Por ejemplo, según BBC Mundo, la frontera entre Tijuana, en Baja California, México y el condado de San Diego en California, Estados Unidos, es la más transitada del mundo, por donde cruzan cada año no menos de 60 millones de personas hacia uno y otro lado.
En 2013, tan sólo por la garita de San Ysidro, en Tijuana, se registró un flujo de 13,6 millones de automóviles, el doble de los que circulan en la ciudad de Sao Paulo, Brasil, y cuatro veces más del parque vehicular registrado en Ciudad de México.
Otro tanto sucede en la ciudad fronteriza con Texas, de Nuevo Laredo, Tamaulipas, por donde cruza el 33% de todo el comercio entre ambos países.
También Nuevo Laredo es escenario de una intensa disputa de carteles de la droga, que intentan controlar una de las rutas más importantes en el tráfico de armas, drogas, personas y dinero.
El Tratado de Libre Comercio ha convertido a México en el principal consumidor de gasolina proveniente de Estados Unidos, ya que, aunque la nación azteca es un gran productor de petróleo, el que consume se refina en la nación vecina.
También Estados Unidos es el principal proveedor a México de maíz, manzanas y equipos electrónicos; mientras que Canadá lo surte de trigo y otros productos.
20.2.2014
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