Credibilidad perdida
24 de enero de 2025
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Así, con ese título de este breve comentario, se puede catalogar al movimiento guerrillero colombiano Ejército de Liberación Nacional, que tras más de cinco décadas de lucha contra un ejército y paramilitarismo culpables de innumerables crímenes contra el pueblo, se ha ahogado en un círculo vicioso que boicotea virtualmente o trata de ganar tiempo durante cualquier conversación para llevar la paz a la sufrida nación y mantiene al mismo tiempo su control de cultivos ilícitos que, mediante el narcotráfico, lo empodera con una mayor adquisición de armas y amplio caudal monetario.
Así, subrayo y especifico, se puede catalogar al hoy perseguido ELN, que bebió de las aguas verdaderamente revolucionarias y de firme patriotismo, envuelto en una lucha a muerte contra una de las disidencias de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo por el control de una amplia zona del Catatumbo, acción que ha causado hasta el momento unas 80 muertes y el desplazamiento de decenas de miles de residentes hacia otras zonas del país y Venezuela.
En este contexto, al presidente Gustavo Petro no ha tenido más remedio que suspender las conversaciones de paz con el ELN, pedir por primera vez la acción completa del ejército contra esos insurgentes, culpables ya de crímenes considerados de lesa humanidad, y coordinar con Venezuela un plan para impedir la huida de los guerrilleros convertidos en narcotraficantes y la protección de los desplazados hacia el país vecino.
Colombia y Venezuela comparten una frontera de 2 219 kilómetros, de los cuales cerca de 375 se encuentran en la región del Catatumbo, escenario de los enfrentamientos entre el ELN y el Frente 33 de las disidencias de la FARC, por el control territorial y de los negocios de narcotráfico.
El ministro del Interior de Colombia, Juan Fernando Cristo, afirmó que “el gobierno ha decidido utilizar todos los instrumentos constitucionales y legales para rechazar esa intención del ELN (de controlar la frontera colombo-venezolana), para pasar a la ofensiva y para restablecer la normalidad para los habitantes del Catatumbo”, y agregó:
“Es totalmente inexcusable, inaceptable, los crímenes cometidos por el ELN, son actos de barbarie, es una matanza premeditada, organizada, la que ha hecho el ELN en el Catatumbo mientras se preparaba para una nueva conversación con el gobierno”.
Con la declaración de conmoción interior, el gobierno considera que tendrá todos los instrumentos legales necesarios para enfrentar esta crisis y para restablecer la normalidad. Con él se busca fortalecer las capacidades militares, aumentar el pie de fuerza, restringir comunicaciones e interceptarlas.
Y es que el gobierno necesita avanzar en el control de la coca, avanzar con plan de choque en programas de sustitución de cultivos ilícitos, porque si no se transforma esa economía, se va a seguir en lo mismo.
Igualmente, cuenta con una dimensión humanitaria para atender debidamente a los desplazados provocados por el ELN, que están hoy en Tibú, Ocaña y la ciudad de Cúcuta.
Finalmente, la conmoción interior busca llevar a cabo una transformación social y económica para avanzar de una manera definida en la sustitución de cultivos ilícitos, como apuntamos antes, pero también en el cumplimiento de un sueño de los catatumberos, que son las inversiones.
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