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Contraste en la ONU

2 de noviembre de 2017

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Asamblea General de la ONU, 1 de noviembre de 2017.

Muy respetuosos y solidarios, los representantes de cada país del mundo presentaron condolencias al Gobierno y pueblo de Estados Unidos, de Argentina y Bélgica, por los fallecidos o heridos en el atentado del día anterior precisamente en Nueva York, a solo unas pocas cuadras del edificio de Naciones Unidas.

Todos estaban allí para expresar, con su voz y con su voto, la casi unánime condena al bloqueo impuesto por Estados Unidos contra Cuba. Todos coincidían en calificarlo como contrario al derecho internacional, genocida y todos exigieron su levantamiento.

El contraste, como siempre, vino de la representante norteamericana, la que habló en nombre del imperio; la que ofendió grosera y cínicamente a Cuba, a la ONU y a todos los que allí se encontraban en representación de la gran mayoría de los pueblos y gobiernos del mundo.

La diplomática llevó por escrito sus palabras al estilo de Donald Trump. Los presentes estaban atentos a lo que dijera. Entonces vino la decepción. El discurso era aún peor que el de sus predecesores norteamericanos cuando “justificaban” el bloqueo aludiendo a las más diversas ofensas contra el pueblo cubano.

Esta vez la delegada de Trump, reconoció que la votación sería de la casi totalidad apoyando a la resolución cubana, pero aseguró que la Asamblea General de la ONU “pierde su tiempo con esta Resolución ridícula”.

“La ONU no tiene facultades, lo que la hace un teatro político”, dijo la embajadora estadounidense con el más absoluto cinismo y desfachatez.

La otra cara de la moneda, la de los diplomáticos honestos, la que recogía el sentir de gobiernos y pueblos, se manifestaban contra las medidas del bloqueo que por más de 55 años se ha impuesto a Cuba.

Hablaron en representación de gobiernos y también de instituciones internacionales y regionales. De esa forma aparecieron en el podio quienes presiden de manera temporal organismos como la ASEAN, por Asia; la CELAC por América Latina y el Caribe; el Movimiento de Países No Alineados; CARICOM; el Grupo de los 77 más China; la Unión Europea y otras.

También se levantaron voces de Viet Nam, Paraguay, India, Bolivia, Egipto, Argelia, Rusia, Colombia, Sudáfrica, China, México, Panamá y Venezuela, entre otras muchas.

El contraste nítido entre lo dicho por la embajadora de Estados Unidos y los discursos de cada uno de los demás representantes de la verdadera diplomacia, se constató en el momento de la votación.

En la gran pizarra de la sala de la Asamblea Nacional apareció registrado que solo Estados Unidos y su íntimo aliado Israel, votaron contra la Resolución cubana. Ridícula cifra. Aislamiento total. Aberrante decisión incompatible con la voluntad de todos los pueblos del mundo incluyendo al estadounidense.

Esta vez 191 estados votaron a favor de la Resolución cubana que exige el fin del bloqueo económico, financiero y comercial de los Estados Unidos contra Cuba.

Aun aplastada como una cucaracha, la diplomática yanqui, una vez realizado el voto, volvió a tomar la palabra con sus diatribas anticubanas, anti ONU y anti humanidad toda.

Cuba salió vencedora por su razón, por su dignidad, su resistencia y la solidaridad con que cuenta de parte de todos los pueblos del planeta.

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