Concientización suicida
25 de abril de 2016
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No solo la miseria, la desesperanza y la salud pueden llevar al suicidio, tema que se presenta fundamental al ir in crescendo en los denominados países felices, o sea, los más desarrollados, como Estados Unidos, donde aumentó el 24% en los últimos años -30% en estos primeros meses del 2016- y es realizado diariamente por más de cien personas, de ellas seis niños.
Siempre se habla de la enorme cantidad de armas en manos de la población norteamericana, del temor a no tenerlas ante posibles agresiones de sus semejantes, pero no se dice que desde la cuna se ha ido imponiendo esta idea, en la que la voz cantante ha sido la multimillonaria y nunca cuestionada en serio Asociación Nacional del Rifle, que incluso utiliza desde la subliminal hasta la más abierta propaganda al efecto, como la de reescribir los cuentos infantiles.
Así, la Caperucita Roja y los hermanos Hansel y Gretel concientizan a los niños acerca de la necesidad de ir protegidos con armas, que se añade a todos esos temas sobrenaturales que alienan a la juventud, que la lleva a que vea natural la venganza en entes que le son molestos, provocando matanzas colectivas y el suicidio del autor.
En general, año tras año, el suicidio sigue siendo una de las tres principales causas de muerte entre jóvenes de 15 a 24 años.
Ya en este año se espera el punto más alto en el número de suicidios en los últimos 30, con incrementos particularmente altos entre mujeres y personas de mediana edad. Investigadores afirman que el aumento podría estar vinculado a una epidemia de adicción a las drogas entre estadounidenses blancos y a la creciente inestabilidad económica. Robert Putnam, docente de Harvard, afirmó:
“Esto forma parte de un patrón mayor que se hace visible y demuestra la relación existente entre la pobreza, la desesperanza y la salud”, cuestión cierta, por supuesto, pero que, como planteamos al inicio, no son las únicas causas.
El mayor aumento concierne a las niñas de entre 10 y 14 años, cuya tasa de suicidios se triplicó: pasó de 0,5 por cada 100 000 individuos en 1999 a 1,5 por cada 100.000 en 2014. En total, 150 niñas de esa franja de edad se suicidaron en 2014, un aumento de 200 % respecto de 1999.
En general, se suicidan niños cada vez más jóvenes, lo cual, para Víctor Fornari, director de la división de psiquiatría para niños y adolescentes en el hospital Zucker Hillside, cerca de Nueva York, tiene que ver con “el acceso a las redes sociales, a internet y con el ciberacoso; los jóvenes están expuestos a más cosas que en el pasado”.
Más niñas y mujeres jóvenes están usando el ahorcamiento y otras formas de asfixia, que son más letales que la sobredosis de drogas
Pero este tipo de muerte tieneíndices más elevados en adultos de másedad, en el rango de 15 o 20 por cada 100 000, y se estima que la chispa que desató la tendencia fue la recesión económica de diciembre del 2007 a junio del 2009.
MÁS SUICIDIOS QUE HOMICIDIOS
Tal es así el problema que en estos años mueren más personas por suicidio que homicidio, que ya es decir en esa sociedad violenta.
La publicación progresista Democracy Now dice en su página web que el suicidio no discrimina. Las personas de todos los sexos, edades y origen étnico corren riesgo de suicidarse, pero las que corren más riesgo suelen compartir ciertas características. Considera que “los factores principales de riesgo de suicidio son los siguientes:
La depresión, otros trastornos mentales o el trastorno de abuso de sustancias; un intento de suicidio previo, historia familiar de suicidio o de un trastorno mental o abuso de sustancias; violencia familiar, incluyendo abuso físico o sexual; poseer pistolas u otras armas de fuego en el hogar; encarcelamiento, estar en prisión o en la cárcel; estar expuesto a comportamientos suicidas de otros, como, por ejemplo, de los miembros de la familia, compañeros o personajes públicos”.
El riesgo de una conducta suicida también se asocia con los cambios químicos en el cerebro llamados neurotransmisores, incluyendo la serotonina, la cual también está asociada con la depresión. Niveles bajos de serotonina se han hallado en cerebros de personas con una historia previa de intentos de suicidio.
Muchas personas poseen estos factores de riesgo, pero no intentan suicidarse. El suicidio no es la respuesta indicada hacia el estrés. Sin embargo, es una señal de angustia extrema, no un intento ofensivo para llamar la atención.
Tema este inacabable, con muchas aristas que deben ser abordadas en trabajos futuros, a fin de estudiar y responder el porqué hay más suicidio en unos grupos étnicos más que en otros, como los de los indios en EE.UU. y nativos de Alaska, que tienden a tener el índice más alto.
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