Cinismo e hipocresía van de la mano
27 de septiembre de 2021
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Algunos no pensábamos que el actual presidente de Estados Unidos mantuviera una posición tan cínica e hipócrita en estos primeros meses de mandato, y no sólo por lo que está tramando contra Cuba, alegando que todo se basa en la defensa de los derechos humanos, además de afirmar que las manifestaciones de julio último le alientan y convencen de que está haciendo una política correcta.
La inmensa mayoría de los lectores deben estar familiarizados con las intervenciones del Presidente y Canciller de Cuba en ese sentido, pero ello no es más que un eslabón en una larga cadena de actividades al respecto protagonizadas por Biden, no solo en este continente, sino también en Europa.
Biden pide a La Habana escuchar al pueblo para aliviar sus necesidades, pero mantiene vivo el férreo bloqueo, a lo que se agrega nuevas sanciones y el mantenimiento de las 243 medidas impuestas por su predecesor, Donald Trump y que durante su campaña electoral a la presidencia prometió eliminar en tres ocasiones.
El canciller cubano, Bruno Rodríguez, denunció que, durante su intervención en la Asamblea General de Naciones Unidas, olvidó mencionar el bloqueo como causa principal de la situación económica de la Isla, aclaró que lo ocurrido en Cuba fueron disturbios causados por una operación comunicacional a la cual la Casa Blanca y sus agencias destinan fondos millonarios y así manipulan la realidad cubana y las dificultades de las familias.
El jefe de la diplomacia cubana precisó que las acciones desestabilizadoras son promovidas desde el exterior y ejecutadas por mercenarios y asalariados que utilizan las carencias para incitar el caos.
Emplazó a Estados Unidos a desenmascarar la participación de actores políticos y entidades en su territorio con la campaña para promover una intervención humanitaria en el país caribeño.
Rodríguez convocó a Washington a confirmar o desmentir los vínculos de una compañía establecida en la Florida con la campaña SOS Cuba, gestora de una supuesta ayuda en el contexto de la Covid-19.
El pasado 23 de junio Cuba ya había alertado en la ONU que el gobierno estadounidense y sectores de la derecha de la Florida buscan promover líderes artificiales y crear desde las redes una realidad que no existe.
NO SOLO CONTRA CUBA
Cinismo e hipocresía también fueron de la mano en las declaraciones de Biden acerca de que autoridades mexicanas se negabana recibir de regreso a familias de migrantes que son deportadas por su gobierno.
Destaca el cinismo del presidente estadounidense, cuando no solo no revirtió las políticas migratorias de Trump, sino que mantiene a miles de migrantes detenidos en pésimas condiciones en los centros de detención en Texas, incluyendo a más de 5 000 menores de edad.
De hecho, la política de separación de familias continúa, pues mientras los migrantes adultos y parte de los grupos familiares detenidos en la frontera son expulsados debido a la pandemia, los menores terminan en estos centros de detención.
Los centros de detención de menores migrantes, sin embargo, tampoco son un invento de Trump, ya que, no solo ya existían desde antes, sino que, bajo el Gobierno de Obama, del que Biden era vicepresidente, se creó la “Priority juvenile docket”, bajo la propaganda de dar prioridad a los pedidos de asilo o estatus legal para los menores que llegaban solos al país.
De hecho, Biden mantiene vigente el acuerdo anterior que militariza la frontera sur de México, para retener la migración centroamericana.
Esto ha ocasionado que la mayoría de los migrantes hondureños, guatemaltecos o salvadoreños, entre otros, que cruzan México para llegar a Estados Unidos, ahora se enfrentan a las mafias y redes de trata de personas y a la represión de la guardia fronteriza.
Lo más reciente ha sido la decisión de Biden de expulsar a todos los migrantes haitianos que cruzaron la frontera y llegaron a Texas, algunos de ellos perseguidos políticos, para lo cual no sólo ha llevado a centenares de vuelta a Haití por vía aérea, sino que se hizo de la vista gorda ante los atropellos realizados por la guardia fronteriza norteamericana, hecho que fue vehementemente rechazado por su crueldad por su vicepresidenta, Kamala Harris.
EN UCRANIA
Cuando era vicepresidente de Obama, Joe Biden visitó en el 2014 a Ucrania, y allí dijo a sus autoridades que deberían comenzar una lucha contra el “tumor de cáncer de la corrupción”.
Además, la segunda persona en la jerarquía de EE. UU. dijo que Ucrania tenía una oportunidad histórica para unirse a Estados Unidos, que estaba listo para ayudar en ello, informóel canal de televisión Rossia Today.
Pero la “ayuda”de EE.UU. consistió en ampliar el dilema contra las maltratadas zonas del este del país y echar más leña al fuego contra Rusia, por ladecisión de los habitantes de Crimea de unirse a la Federación.
Además, Biden invitó a desligarse del acuerdo con Moscú relacionado con el transporte de gas por territorio ucraniano. En el contexto de los intentos francos de Estados Unidos de influir en la política de Kiev, aseguró que lo apoyaría en su deseo de enfrentar “amenazas degradantes”. Aparentemente, la compra de energía por Ucrania al precio del mercado era la “amenaza humillante” de la que Biden habló, tras lo cual expresó cínicamente: “Imagine cómo sería la situación si pudiera decirle a Rusia que puede mantener su gas para sí mismo”.
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