Chivos expiatorios
14 de abril de 2018
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Algunos analistas han asegurado que Donald Trump se enfrenta a una serie de problemas domésticos que acortarán su mandato, y que una señal de ello será en las elecciones intermedias de noviembre, en las que se predice perderá terreno y no podrá proseguir el camino fascistoide que ha estado utilizando desde que asumió el poder.
Pero real o no, su principal opositor, el Partido Demócrata ha estado dando luz verde a la inmensa mayoría de sus políticas, pienso que porque está realizando el “trabajo sucio” que no ha podido asumir, como el tratamiento a los inmigrantes, un acápite en el que Trump ha dado muestra de coherencia, maligna, por supuesto, diferente a las veleidosas actitudes en las que amenaza constantemente a Rusia, China, Irán, Siria y Corea Democrática.
El caso de los inmigrantes es diferente y tiene que ver mucho con la opinión interna, que es a la que a Trump más le interesa, con el asentimiento tácito de quienes se dicen demócratas, porque militan en una entidad con ese nombre.
Tan es así que los denominados opositores, repito, han dado luz verde a la crecente guerrea de Trump contra los inmigrantes, contando con la pálida atención de los medios de información, cuyos patronos no les interesa para nada la situación de los más necesitados y sí de quienes integran el establishment imperialista.
Y es porque el multimillonario magnate devenido en Presidente y el grupo de asesores ultrarreaccionarios con los que ha alimentado su gabinete están realizando un giro mayor a la derecha del que presenta comúnmente la nación del Norte, al sentar las basespara redadas masivas y la brutalización de cientos de miles de inmigrantes en una red en expansión de campos de internamiento en todo el país.
Trump anunció una serie de nuevas políticas. El primer cambio de se dirige a los pobres y la clase trabajadora, al impedir que los inmigrantes que hayan utilizado una amplia gama de programas sociales reciban residencia legal permanente.
Antes a los inmigrantes se les negaba la residencia permanente por haber usado programas donde se les paga en efectivo, pero el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas anunció un cambio el que agrega casi todas las formas de apoyo gubernamental a la lista de servicios prohibidos, incluyendo programas no monetarios como cupones de alimentos, el seguro de salud Medicaid, el Programa de Seguro de Salud para Niños, los programas de alimentos para mujeres y bebés, almuerzos escolares, asistencia de vivienda y calefacción, subsidios de atención médica y el crédito tributario por ingresos, que es utilizado por aproximadamente el 20% de la población.
Cualquier inmigrante que use un programa social será etiquetado como una “carga pública” y no será elegible para recibir un estatus legal. Los padres inmigrantes serán penalizados incluso si sus hijos ciudadanos estadounidenses usan programas sociales a los que tienen derecho legalmente.
Como resultado de este cambio de política, cientos de miles o millones de trabajadores se quedarán sin comida, atención médica, vivienda y otras necesidades básicas por temor a la deportación. La estrategia de la Administración de Trump es crear una subclase permanente de personas profundamente empobrecidas que puedan ser chivos expiatorios por los males de la sociedad.
La Administración también anunció que requerirá que todos los solicitantes de visas presenten sus registros de redes sociales que datan de hace cinco años para determinar si son admisibles a EE.UU. Esta política permitirá a los funcionarios de inmigración negar visas a los solicitantes con opiniones políticas de izquierda.
Hay mucho, mucho más de la arremetida contra los inmigrantes, bajo pretextos acerca del combate al narcotráfico y otras formas de delincuencia, cuando estas ya están en la médula del sistema, a lo que ha contribuido la impunidad que la clase gobernante maneja a su arbitrio.
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