China se prepara
18 de mayo de 2019
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La guerra comercial desatada por Estados Unidos contra China era esperada por los líderes chinos, quienes han interpretado los ataques del presidente norteamericano, Donald Trump, como la aceleración de la Estrategia de Seguridad Nacional de EE.UU., con el fin de amenazar lo que se considera el sueño de la nación asiática.
Independientemente de la reunión que tendrá lugar en junio venidero entre Trump y el presidente chino, Li Jinping, Beijing dejará afuera todo lo que puede variar lo que denomina rejuvenecimiento de la nación, el proyecto Made in China 2025, las Rutas de la Seda, la multipolaridad y China como motor de la integración de Eurasia.
Es decir, independientemente de los gravámenes de Tremp a todos los productos importados de China, lo anterior no es negociable, y en ese sentido Li ha alertado al pueblo a resistir las maniobras norteamericanas para desalentar el avance económico de la nación.
Todo esto, por supuesto, traerá una que otra turbulencia, y en este sentido Asia Times apunta que China está desviando gradualmente el capital excedente de Japón, Taiwán y Corea del Sur, disminuyendo así los flujos hacia Estados Unidos.
Trump no es exactamente un geopolítico de mirada estratégica. La razón de estos aranceles cintra los productos de la nación asiática puede forzar a que las cadenas de suministro de las corporaciones estadounidenses se vuelvan menos dependientes de China, pero tal como está constituida la economía global no provocará la ruina de estas cadenas de suministro, como lo espera Trump con la vuelta a Estados Unidos de la producción deslocalizada.
Y es que en la ubicación también rige la lógica capitalista; las corporaciones siempre privilegiarán costos más bajos de mano de obra y de producción, donde sea que se encuentren.
Estrategia fascinante
Cuando se trata de la batalla por la innovación de primera línea entre China y EE. UU., la estrategia del Grupo Chino de Desarrollo de Zhongguancun (ZDG), que ha invertido en alta tecnología en los centros de excelencia del propio EE.UU., es un caso fascinante.
ZDG ha establecido una serie de centros de innovación en el extranjero. El Centro de Innovación ZGC clave se encuentra en Santa Clara, California, muy cerca de Stanford y los campus de Google y Apple. Luego ha instalado un nuevo centro en Boston, a dos pasos de Harvard y MIT.
Estos centros ofrecen el “paquete completo”: desde laboratorios de última generación hasta, capitales a través de un fondo de inversión. La matriz proviene del gobierno de Beijing, a través del distrito tecnológico de la ciudad. Y huelga decir que ZDG se alinea completamente con las Rutas de la Seda en su expansión para “aprender la experiencia en el extranjero de un ecosistema de innovación”.
En medio de un tsunami de histeria, el análisis serio de Li Xiao, decano de la Escuela de Economía de la Universidad de Jilin, es más que bienvenido.
Li destaca que “el progreso de China es esencialmente un aumento de estatus dentro del sistema impuesto por el dólar”. Desde el punto de vista de Beijing, el cambio es imperativo, pero será gradual. “El objetivo de la internacionalización del yuan no es reemplazar el dólar. El sistema del dólar es insustituible en el corto plazo. Nuestro objetivo para el yuan es reducir el riesgo y el costo en un sistema de este tipo”.
Li, de manera realista, también admite que “el conflicto entre dos grandes potencias podría continuar por lo menos 50 años o incluso más. Todo lo que sucede hoy es solo un telón de fondo de la historia”.
Por lo pronto, subrayo, China se está preparando para resistir todo tipo de agresión económico de Estados Unidos.
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