China: crecimiento con calidad
16 de septiembre de 2015
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La crisis económica que afecta a todo el mundo también lo hace naturalmente con la República Popular China, que –no obstante caídas de bolsas y un crecimiento menor a anteriores años– ha estado demostrando que este viene acompañado de calidad, porque se han creado más de siete millones de empleos y el número de parados afecta apenas a un 5%, cuidándose incluso que la vida ciudadana no sea afectada.
Además de que el consumo interno está aumentando, la moneda china –el yuan– se mantiene estable, a pesar de ser reajustada a la baja, la complicada situación económica y la turbulencia en los mercados a nivel mundial que tuvieron cierto impacto en China; aunque hay que recordar que en las bolsas chinas solo compiten empresas estatales.
En este contexto, el primer ministro LI Keqiang, aseguró que los fundamentos de la economía china permanecen estables y avanzan en un rango razonable, como demuestra la acumulación de elementos positivos que apoyan un buen desarrollo de la economía real.
No obstante, instó a trabajar más en la innovación y en el macrocontrol, así como en la demanda doméstica. En su opinión, las medidas que se están adoptando aseguran la capacidad de completar los objetivos para el desarrollo económico anual, como la estabilización del crecimiento y el ajuste de la estructura económica, el despliegue de la vitalidad del mercado a través del espíritu empresarial e innovación masivos, la mejora del nivel de vida de la población y la prevención de riesgos.
Es decir, las perspectivas son positivas, por lo cual la segunda economía del mundo seguirá comprometida con las reformas y los estímulos económicos, y no desea una guerra de divisas –que solo serviría para hacer daño al país– porque su continua devaluación no ayuda a que se internacionalice.
Razones para confiar
Al margen de las declaraciones del Premier chino, recordemos el pronóstico de que China se convertirá en menos de dos décadas en la primera potencia económica mundial, sobrepasando con creces a Estados Unidos, pero esto, como hemos podido apreciar, no adormece las preocupaciones de la actual dirigencia de la nación socialista, quienes han señalado diversas situaciones externas e internas que tienen que ser superadas.
En lo externo, como señalamos antes, el país sufre los impactos de la actual recesión mundial, que ha hecho disminuir su alto y sostenido crecimiento.
A medida que la crisis financiera global se expande, su impacto en China se intensifica en medio de una restricción mundial de fondos y una desaceleración del crecimiento de exportaciones.
El retroceso registrado en Estados Unidos, Europa y Japón afecta a las economías en vías de desarrollo –China incluida– debido a que el sector exportador, uno de los pilares del desarrollo de la nación socialista, se está viendo afectado por la debilitada demanda exterior.
En este contexto, Beijing ha aplicado un “paquete” de estímulo económico que debe tener un impacto apreciable a corto plazo, el cual incluye diversas medidas para apoyar el desarrollo a largo plazo y mejorar las condiciones de vida de la población, pues favorecerá el avance en ámbitos como la energía, la salud pública, la educación, la red de seguridad social y la reforma financiera e institucional.
No hay que olvidar que desde 1978 China, con más de un quinto de la población mundial, ha pasado de ser uno de los países más pobres a una situación en la que menos de un tercio de la población mundial tiene un Producto Interno Bruto (PIB) per cápita más alto, algo que no tiene precedente.
Aunque a veces hay gobiernos que esgrimen cifras de un alto y rápido desarrollo, estas no coinciden con una realidad en la que se abre más la brecha entre ricos y pobres.
En el caso chino, esas cifras son consecuentes con el desarrollo humano, porque las más de 615 millones de personas que salieron de la pobreza, mejoraron sus expectativas de vida y la salud, y expandieron su potencial en el sector de la educación, entre otras mejoras que fundamentan que las estadísticas se correspondan con el desarrollo humano.
Eso es lo principal en esta nación que construye el socialismo con características propias, donde no hay alarma porque el crecimiento en determinadas circunstancias no se mantenga tan alto como otras veces, ya que está acompañado las medidas preventivas que hacen que tenga una mayor calidad.
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