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Centroamérica, emigrantes y algo más

17 de enero de 2020

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Hay países centroamericanos que viven en una verdadera crisis, económica, social y de inestabilidad en su sistema de gobierno.

Por todo ello han sido presa fácil para la  aplicación de política neoliberales, ceder ante presiones de Estados Unidos, y «aceptar» consejos desde el Norte para que rompan sus relaciones con la República Bolivariana de Venezuela.

Un especialista en esa sumisión ante el amo yanqui, el secretario general de la OEA, Luis Almagro, ha cumplido con «eficiencia» las órdenes del Departamento de Estado norteamericano, y ha impulsado los planes de enemistad hacia el gobierno legítimo de Nicolás Maduro.

Así ocurrió cuando el cambio de gobierno en El Salvador el pasado año y ahora, cuando Alejandro Giammattei, asumió en Guatemala y, entre sus primeras acciones —tras un encuentro con Luis Almagro— decidió «romper las relaciones con Venezuela».

En otras áreas de la geografía latinoamericana y también bajo el estímulo y la exigencia de Washington, habían adoptado similares conductas los gobiernos de Colombia y Paraguay. Por su parte, Ecuador limitó bruscamente sus vínculos con la nación bolivariana; la Bolivia posterior al golpe de estado ha asumido igual comportamiento y el Brasil de Bolsonaro, otro tanto.

Se trata, no cabe la menor duda, de un mismo guion elaborado desde Estados Unidos e impulsado por el secretario general de la OEA, encaminado a provocar un cerco diplomático a Caracas y de esa forma desestabilizar los movimientos populares en la región.

En este empeño la OEA creó el llamado Grupo de Lima y ha usado a algunos de sus países miembros como símbolo de un supuesto acuerdo regional contra el presidente Nicolás Maduro y de apoyo al diputado impostor, Juan Guaidó.

En el caso de Guatemala que este jueves rompió con Venezuela, es bueno exponer la información de la agencia española EFE que reproduce un tuit de Guaidó que dice textualmente: «Agradecemos al presidente Giammattei, al canciller Pedro Brolo y a todos los guatemaltecos el rompimiento total de relaciones con la dictadura de Nicolás Maduro. No es solo un paso firme en favor de la democracia en nuestros países, sino en toda la región».

Minutos después del anuncio, Giammattei respondió a un mensaje que Guaidó le había enviado en ocasión de su toma de su posesión, donde le había deseado éxitos y manifestado su voluntad de «trabajar juntos» por soluciones a la crisis venezolana, el bienestar de la región y poder recibirlo muy pronto en una Venezuela libre.

Y la respuesta del nuevo mandatario guatemalteco no se hizo esperar: «Muchas gracias presidente Guaidó. Sin lugar a dudas, vamos a trabajar en conjunto desde hoy para convertir a nuestra región en una tierra de oportunidades y crecimiento».

En este caso podemos apreciar que se comunica con el impostor diputado Guaidó en igualdad de condiciones por cuanto lo trata de «presidente».

Así anda Latinoamérica en este fin de semana del mes de enero.

Mientras, miles de centroamericanos, con hambre y falta de trabajo en sus países, han emprendido una larga y peligrosa marcha con el deseo de buscar trabajo en Estados Unidos, cuyo gobierno le cerrará una vez más las puertas y no tendrá en cuenta para nada la sumisión de algunos de estos gobiernos centroamericanos a los dictámenes desde Washington.

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