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Camino a la Plaza…

1 de mayo de 2017

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Mientras camino hacia la Plaza, por la calle Paseo, entre el bullicio de cientos de miles de personas que se van agrupando, cada una en su pedacito, junto a los de su sindicato o centro laboral o de estudio, me vienen a la mente lecturas de estos días relacionadas con el mundo de los trabajadores.

Recuerdo, por ejemplo, que en un hermano país latinoamericano, Brasil, los obreros se han acogido a la huelga más grande que esa gran nación sudamericana recuerde en su historia.

¿Por qué protestan los trabajadores brasileños? Porque el gobierno no electo, sino producto de un golpe parlamentario y mediático, de Michel Temer, exhibe hoy un auge del desempleo jamás conocido.

En momentos en que el Legislativo debate impopulares reformas laborales y sobre pensiones, que hundirán aún más a la clase trabajadora, el pueblo brasileño, el mismo que en un 87% desaprueba la gestión de Temer, se lanzó a las calles a denunciar la corrupción galopante de la actual administración.

Hoy hay en Brasil 14,2 millones de desempleados, un dato que bien puede avergonzar a quienes se empeñan porque esa cifra se eleve cada día a la vez que se enriquezcan quienes hacen de la corrupción un modo de vida política en el país.

Mi abstracción se detiene por momentos mientras me acerco a la Plaza, ya abarrotada en todos sus accesos, para cuando se inicie el desfile a las 7:30 de esta linda mañana de mayo.

Regreso a la lectura de datos recién sacados del último informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y leo que la previsión para el presente año es que la cifra de desempleados en el mundo crezca este año en unos 3,4 millones de personas.

Enfatiza el organismo especializado de Naciones Unidas que en 2017 habrá poco más de 201 millones de desempleados en todo el mundo, con un aumento adicional de 2,7 millones previstos para 2018, ya que el crecimiento de la fuerza de trabajo superará la creación de empleos.

De igual forma se calcula que para 2030 se necesiten 600 millones de nuevos puestos de trabajo, de acuerdo con los pronósticos de crecimiento demográfico.

Un día como este del Primero de Mayo, son muchos los países donde los trabajadores en vez de celebrar la fecha lo que hacen es usarla como día de protesta, de reclamos laborales y sociales.

La OIT señala que existe la necesidad apremiante de mejorar las condiciones de vida de 780 millones de mujeres y hombres que trabajan con remuneración insegura que no les garantiza salir de los límites de pobreza en que mal viven.

De hecho, casi la mitad de los asalariados en los países emergentes tienen formas vulnerables de empleo, llegando a más del 80 por ciento del total en los países en desarrollo, señaló Steven Tobin, economista principal de la OIT y autor principal del informe, según un reporte de IPS.

La reflexión sobre el problema laboral que enfrenta el mundo me hizo sentir más rápido el camino hacia la Plaza. Ya frente a la tribuna, me doy cuenta que debemos sentirnos orgullosos de desfilar en apoyo a lo que tenemos, conscientes de que las dificultades son muchas pero que solo nosotros, los que por millones desfilamos este Primero de Mayo, podemos resolver nuestros problemas para ser mejores.

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