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Buitres al acecho…

3 de junio de 2014

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Como buitres dispersos por todo el planeta, tiene el gobierno norteamericano a sus espías —sean militares, políticos o económicos—, de manera que la más mínima pista pueda conducir, como ha ocurrido ahora con el banco francés Paribas, para imponerle millonarias multas por una razón tan “poderosa” como la de hacer algún tipo de servicio donde esté involucrado el nombre de Cuba.
Esta vez, mientras el presidente francés se unía a su homólogo norteamericano para encabezar la guerra de agresión contra Siria y fomentar el terrorismo en Ucrania, una de las más importantes entidades bancarias francesas, el Paribas, era advertida por el Departamento de Justicia norteamericano de asumir el pago de una multa récord por la grave falta de tener a Cuba en su lista de países con los que ha ejecutado transacciones financieras por insignificantes que hayan sido.
Paribas, actualmente embarcado en duras negociaciones con las autoridades estadounidenses, corre el riesgo de pagar una multa superior a los 10 000 millones de dólares, según The Wall Street Journal, y podría además perder temporalmente la licencia para operar en Estados Unidos, lo que afectaría a más de 15 000 trabajadores y alrededor del 10% de su volumen de negocios globales, señalan reportes de AFP.
Las sanciones estadounidenses al banco francés por supuesta violación del bloqueo contra Cuba transgreden el derecho internacional, según el cual una ley no puede ser extraterritorial, denunció el analista Salim Lamrani.
De acuerdo con las normas vigentes, la ley norteamericana no debe aplicarse en Francia, como la alemana no se utiliza en Inglaterra. Lo que debe prevalecer es la legislación nacional, declaró a Prensa Latina el doctor en Estudios Ibéricos y Latinoamericanos de la Universidad Sorbona de París.
Denunció que en este caso “lo que rige es la ley del más fuerte y no el derecho internacional”.
Una acción como esta, más que el poderío económico norteamericano, refleja una pobreza moral y ética solo comparable con la misma forma en que emprende guerras de agresión en países que nunca han sido ni son una amenaza para Estados Unidos.
Vale recordar que el presidente Barack Obama, quien al asumir el cargo en el 2009 admitió que “cambiaría la política hacia la Isla”, tiene en su haber la realización de más cantidad de sanciones contra Cuba que afectan a terceros países, incluidos aliados, como el caso francés.
No ha importado al mandatario norteamericano que según sondeos, un 70 % de la población de su nación esté a favor de normalizar las relaciones con Cuba, para lo cual, una de las primeras acciones tiene que ser la eliminación del criminal bloqueo.
Los daños económicos provocados por estas arbitrarias y extraterritoriales medidas superan ya el billón 200 000 dólares, además de ser un factor que afecta el desarrollo del archipiélago y el bienestar de su pueblo.
Una vez más, como ocurre ahora con el banco francés, los agoreros del fracaso cubano, ponen en evidencia que ninguna institución del planeta, ni bancos ni otras, quedan fuera de la mirada de sus buitres que se vanaglorian de ser files cumplidores de las crueles y retrógradas medidas del bloqueo contra Cuba.

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