BRICS. ¿Alternativa o reforma?
4 de septiembre de 2017
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La novena Cumbre de los países BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) tiene lugar en la sureña ciudad china de Fujian en momentos muy diferentes a los que marcaron la constitución y el inicio de las labores de ese conjunto de importantes naciones que, de este modo, daban a conocer la creación de un influyente mecanismo de cooperación multilateral –sin precedentes hasta entonces– y de reforma a las instituciones financieras ya existentes.
Obviamente, la composición del grupo está muy determinada por la naturaleza u orientación de los gobiernos que lo integran y ello condiciona en definitiva sus acciones y pasos futuros.
La situación internacional en general, tanto políticao como económicao, es el escenario donde el BRICS desarrolla sus planes y objetivos. La incertidumbre reinante en diversas zonas del mundo no puede ser ignorada, como tampoco la aparición en su seno del régimen golpista brasileño; son todos factores que influyen en su actividad multilateral y muy especialmente al interior del emergente quinteto.
De cualquier manera, no es posible tampoco desconocer que los países BRICS reúnen hoy a más del 44 por ciento de la población mundial, representa el 23 por ciento del Producto Interno Bruto y han llegado a ser un importante elemento de las finanzas universales mediante mecanismos como el Banco del BRICS.
La actual novena Cumbre tiene la característica de incorporar como invitados a los jefes de Estado de otros cinco países de diferentes continentes (Egipto, Kenya, México, Tailandia y Tayikistán), escogidos, -según los anfitriones,- por su gran población, extensión del territorio, abundantes recursos naturales y fuerte presencia en la economía mundial pero aún carentes de poder desempeñar por sí sola un papel protagónico.
No olvidar que esta Cumbre es celebrada por el BRICS tras el cambio presidencial en Estados Unidos y las nuevas políticas lanzadas por Donald Trump, que inevitablemente deben ser tomadas en cuenta por los participantes, pues ellos demandan un serio estudio y la adopción de posiciones que permitan lidiar con los enunciados de Trump en materia de economía, comercio e inversiones.
Entre los motores impulsores fundamentales del BRICS se hallan la economía rusa, reiteradamente sancionada por Washington, y la economía china, constantemente amenazada por el propio Imperio.
Ambas cuestiones subyacen seguramente en los debates de Fujian, que se encaminan hacia la necesaria consolidación del BRICS, ya sea como alternativa o reforma.
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