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Bolivia en disputa

6 de noviembre de 2019

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Tal como lo habían venido anunciado desfachatada y abiertamente desde antes de los comicios, la oposición golpista boliviana se niega a acatar la limpia victoria electoral de Evo Morales en primera vuelta, donde se cumplieron todos los requisitos legales y constitucionales fijados para tal eventualidad.

Este triunfo del candidato presidencial de la alianza MAS-IPSP era previsible con anterioridad y así lo señalaban diversas encuestas, presagiando que efectivamente las elecciones no pasarían de la primera vuelta.

Para evitar el inicio de un cuarto mandato de Evo Morales los golpistas adelantan diferentes estrategias y lanzan consignas que han venido evolucionando desde los primeros momentos y que evidencian sus numerosas contradicciones, su fragmentación y desconcierto.

Lo que comenzó reclamando una segunda vuelta, por cuanto no se habían cumplido legalmente los diez puntos de diferencia del primer lugar, sobre el segundo, pasó rápidamente a la demanda de anulación de la elección en su conjunto, seguida de una delirante petición de renuncia del presidente y cese de la autoridad del Tribunal Superior Electoral que convalidó la limpieza de todo el proceso.

Tales reclamos desesperados y ridículos fueron, no obstante, escuchados por el gobierno boliviano en aras de una mayor transparencia y esclarecimiento convocando a una auditoría de la votación por parte de los organismos internacionales que fungieron como observadores, la que se encuentra en curso.

El candidato opositor Carlos Mesa ahora la rechaza sospechosamente, tras haber dicho de manera ambigua que la aceptaría y de este modo confirma que los resultados de la auditoría seguramente ratificarán su derrota.

Esas perspectivas han alentado las acciones vandálicas y violentas de las bandas fascistas opositoras, sobre todo en la ciudad de Santa Cruz, que intentan la paralización del país con esos procedimientos sangrientos. Dentro de ese sector emerge un cabecilla racista como Luis Fernando Camacho –empresario santacruceño– apartando a Carlos Mesa de la rectoría opositora.

La amplia movilización de las organizaciones populares en defensa de los resultados electorales y de la Constitución es muestra evidente de que la mayoría del pueblo no se ha dejado confundir, ni siquiera por las campañas mediáticas de la prensa y las redes sociales mercenarias. Su respuesta ha sido firme, inmediata y combativa.

Por supuesto el gobierno imperialista de Estados Unidos y sus agencias especializadas como la CIA se mueven activamente y en todos los sentidos atizando a sus medios y agentes para lograr la recaptura de una presa que suponían fácil, se les ha ido de las manos y no muestra intencione3s de volver al redil imperial.

En el contexto actual de Suramérica es un golpe contundente al gran capital, a las transnacionales; es un triunfo rotundo para la soberanía, la justicia social y la dignidad.

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