ribbon

Bestias son las que sobran

24 de noviembre de 2014

|

Se habla muy poco en estos tiempos sobre Afganistán y casi pasa por alto que el presidente Barack Obama ordenó aumentar sus tropas allí, cuando el retiro oficial de los invasores norteamericanos debe efectuarse, según prometió, en diciembre venidero.
También trascendió que los militares que serán enviados a territorio afgano serán muy bien escogidos, es decir especialistas en el “arte” de matar, con conocimientos para ser trasmitidos a oficiales locales.
Precisamente por estos días se trasmite por Multivisión una serie de muy buena factura norteamericana que trata sobre supersoldados creados en laboratorios para apoyar la agresión norteamericana en Afganistán, pero que errores en su tratamiento los convirtieron en bestias.
En realidad, no han hecho falta laboratorios para que Afganistán haya sido un campo de experimentación, en el que los avances tecnológicos y su puesta en práctica haya devenido en los más salvajes tratamientos a la población civil, convirtiendo zonas pobladas en tierras arrasadas, donde los marines evitan el combate frontal con una resistencia muy vilipendiada por los medios de comunicación imperiales.
La brutalidad de las bestias televisivas queda pálida con los crímenes realizados y alentados por EE.UU., cuya mayor prueba está en las decenas de miles de cadáveres de afganos, la mayoría niños, mujeres y ancianos, fuera del campo de batalla real.
Subrayo: el presidente Barack Obama había anunciado que las tropas de Estados Unidos abandonarán a más tardar en diciembre del 2014 a Afganistán, pero no dijo cuántos miles de soldados permanecerán en las bases que tiene desplegadas en la nación centroasiática y cuántos civiles más perecerán a consecuencia de los bombardeos que han arrasado zonas donde no han podido entrar los ocupantes y, sobre todo, cuántos niños permanecerán vivos, luego de sus “exactos” ataques con drones.
A esta parafernalia asesina se incorporarán otras “bestias” estadounidenses sin importar las denuncias a nivel mundial ni las quejas de figuras gobernantes afganas impuestas por Washington.

 

QUIENES MÁS SUFREN

 

En el caso específico de los más pequeños, después de 13 años de iniciada la agresión a Afganistán, el Comité para los Derechos de la Infancia de Naciones Unidas señaló estar alarmado, “por los informes que dan cuenta de centenares de niños muertos en ataques y bombardeos de las fuerzas estadounidenses”.
Precisa AFP que la gran mayoría de los ataques aéreos en Afganistán fueron realizados por el ejército estadounidense, que dispone de más de dos tercios de los efectivos de la coalición de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y de la mayor parte de los medios aéreos. El ejército afgano solo tiene un puñado de helicópteros.
Miren si es así, que IPS se refirió a que en los 52 artículos publicados en los sitios web de noticias de la BBC, The Guardian, The Independent, The Times, The Daily Telegraph y el Financial Times los días 25 y 26 de julio del pasado año, cuando miles de soldados con armas sofisticadas y respaldo por supuesto de la aviación (sin esta no se atreverían a moverse) causaron la muerte a un gran número de civiles indefensos, principalmente niños, no se dijo que la OTAN empleó una “fuerza desproporcionada”, ni mucho menos se señaló lo que era realmente, crímenes de guerra.
Ello apunta a un verdadero “doble rasero”, mediante el cual el espectro de violaciones del Derecho Internacional suscitadas por los medios de comunicación se mueve dentro de una base muy selectiva. ¿Por qué los medios no se muestran tan atentos a la cuestión de si los soldados de la OTAN son criminales de guerra por lo que están haciendo en Afganistán? ¿Por qué los civiles afganos no aparecen como víctimas de las violaciones de las leyes de la guerra por las tropas de la agresiva alianza?
Reitero: La mayor prueba de los crímenes realizados y alentados por Estados Unidos está en las decenas de miles de cadáveres de afganos, la mayoría niños, mujeres y ancianos, fuera del campo de batalla real, en áreas circundantes, defoliadas en parte, menos en las que sirven para sembrar, recolectar y producir la mayor cantidad de heroína que se distribuye en gran parte del mundo.
Se habla poco de que la lucha de la resistencia continúa en disímiles formas, a pesar de que las bestias no solo no se han ido, sino que siguen llegando a Afganistán.

Comentarios