Azul, pintado de azul
23 de junio de 2024
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Quizás sea obra de la casualidad que un jugador de Austria -donde reina la ultraderecha- haya causado una grave lesión en la nariz al jugador estrella francés Killiam Mbappé pocas horas después de que el ya jugador del Real Madrid exhortara abiertamente a su pueblo que votara contra la reacción política encabezada por el partido que dirige Marine Le Pen en las elecciones legislativas que tendrán lugar el próximo día 30 y el 7 del entrante julio, luego que el presidente Enmanuel Macron disolviera la Asamblea Nacional, tras la victoria de la extrema derecha en los comicios del Parlamento Europeo.
Enseguida líderes de la ultraderecha desbarraron contra Mbappé, recordaron crímenes supuestamente cometidos por los inmigrantes cuando, en realidad, estos han sido víctimas de todo tipo por quienes levantan nuevas banderas fascistas,
Recordemos que hace ocho años un equipo francés de fútbol gano inobjetablemente la Eurocopa con un colectivo integrasdo mayormente por descendientes de inmigrantes árabes y africanos, y el actual team al mismo tipo de evento tiene esa distinción en una nación donde la xenofobia y el racismo se mantienen fuertes.
Lo llamativo es que sea un deportista el protagonista de la actual situación en Francia, cuando este papel le corresponde generalmente a los intelectuales, siempre con intervenciones en el ámbito político con declaraciones y manifiestos.
LOS AZULES
Debemos hacer notar que los bleus o azules ―como se conoce la selección de fútbol― han encarnado siempre una “cierta idea de Francia”, por parafrasear la famosa expresión del general Charles de Gaulle, un hombre de derecha con tintes progresistas y alma antifascista, diría.
Los bleus son desde siempre el reflejo de la Francia diversa, la que venía de la inmigración y encarnaba una imagen del país en las antípodas de la que promovían la ultraderecha.
Los bleus han sido, con frecuencia, objetivo de críticas por su diversidad. La selección con negros, blancos y árabes que ganó el Mundial de 1998 incomodó a algunos sectores ideológicos. Jean-Marie Le Pen, padre de la actual líder del partido Reconstrucción Nacional, decía que “quizá se ha exagerado la proporción de jugadores de color”, y el intelectual Alain Finkielkraut lamentó unos años después que la selección francesa fuese “negra-negra-negra, lo que provoca burlas en todo Europa”.
CADA VOTO CUENTA
Así lo espetó Mbappé, exhortando a los jóvenes que piensan que un voto no cambiará nada.
“Necesitamos identificarnos con nuestros valores que son valores de diversidad, tolerancia, respeto y eso es innegable para todos los franceses”, dijo Mbappé esperanzado que se tome la decisión correcta para “que sigamos estando orgullosos de llevar esta camiseta”.
Preguntado por AFP si su compañero Marcus Thuram había ido demasiado lejos cuando se pronunció en contra del partido de Le Pen, Mbappé reforzó la posición del que es uno de sus mejores amigos: “Hablaba de valores, de diversidad, de tolerancia, de respeto. Por supuesto que estoy con él. Para mí, no fue demasiado lejos”.
CONSIDERACIÓN
Una declaración como la de Mbappé y sus compañeros no cambiará ni mucho menos la campaña y el resultado electoral. Pero la suya es una voz que se escucha. Y una voz que llega a una Francia multicultural, con millones de jóvenes pobres y de origen inmigrante, puede ver con inquietud la llegada de un gobierno de ultraderecha.
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