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Autodestrucción

5 de agosto de 2019

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La vida y obra del imperio ha provocado su propia involución.

No es suficiente mostrar triunfos tecnológicos ni proyectos de los últimos y más modernos armamentos fabricados para matar.

Tener en su «propia casa» la génesis de la autodestrucción va siendo una característica en un país, Estados Unidos, donde hay un evidente enfrentamiento entre la razón y la inconsciencia; entre el odio y la vida.

Todo indica a una sociedad enferma, cuya metástasis brota en cada acción como los tiroteos que matan a sus propios ciudadanos.

Incluso muchos medios de prensa estadounidenses reconocen que cada año se provocan más muertos y heridos a causa del uso indiscriminado de armas de fuego dentro de ese país, que las pérdidas que afronta Washington en sus distintas guerras por todo el planeta.

Y seguirá siendo así, mientras un hombre pueda adquirir un moderno fusil y cientos de balas, y entra a un centro comercial, una escuela, u otro lugar público y dispara sin distinción contra los indefensos seres humanos.

Continuará siéndolo mientras el presidente de la nación, reaccione ante estos lamentables hechos con tuiters faltos de contenido  –más bien justificativos– y no critique al menos el fenómeno de la creciente tenencia de armas.

Los más recientes de estos hechos de sangre y muerte, tuvieron lugar el último fin de semana.

Fueron 29 los fallecidos y casi una treintena los heridos y la causa más señalada es el «terrorismo fundamentalista blanco» que cada vez se hace más presente en la sociedad norteamericana.

El «terrorismo blanco» es ahora la principal amenaza para el país dijo en la televisión Pete Buttigieg, candidato a las primarias demócratas, al aludir a los ataques contra una iglesia negra, dos sinagogas y el del sábado en un centro comercial de El Paso, Texas.

Lo más terrible de todo es que hayan sido dos jóvenes –uno de 21 años y otro de 24– los autores de estas matanzas.

Sería bueno saber la opinión de los padres, madres, hermanos o hijos de quienes caen asesinados en este tipo de acciones, sobre el porqué no se controla la venta de armas.

Y también sería loable que el pueblo norteamericano se pregunte hasta cuándo va a regir en su país una Enmienda Constitucional que da vía libre a que cualquier ciudadano compre un arma, que la pueda adquirir lo mismo en un supermercado que en un establecimiento donde se exhiben, igualmente pistolas que fusiles de los más modernos, o armas de mayor calibre, todas similares a las usadas en las guerras.

Resulta muy significativo que un manifiesto atribuido al joven que cometió la masacre en El Paso, Texas, y que circula por Internet, «justifica» su acción como la necesidad de detener una «invasión hispana en Texas», en alusión directa a los emigrantes centroamericanos que cruzan por ese lugar rumbo a Estados Unidos.

Me vienen a la mente entonces las reiteradas veces que Donald Trump ha calificado a los migrantes centroamericanos  como una «invasión de gente mala».

Por supuesto, también recuerdo que Trump es y representa en su país a los supremacistas blancos y por eso no es de extrañar el carácter peyorativo de sus palabras contra negros, mestizos, árabes, latinos, entre otros.

Trece horas después del ataque de El Paso, este sábado,  un hombre blanco de 24 años sembró terror en Dayton, Ohio, matando a nueve personas en menos de un minuto.

El ya citado Pete Buttigieg, alcalde de la ciudad de South Bend, Indiana, y aspirante por el Partido Demócrata a las elecciones de 2020, dijo al respecto: «Aquí hay dos factores que se combinan: por un lado, la debilidad de las políticas reguladoras del mercado de armas y, por otro, el aumento del terrorismo interno inspirado por el nacionalismo blanco».

Afirmó ante la cadena FOX que algunos de los presentadores de opinión en este canal, califican a los inmigrantes como personas que ensucian a Estados Unidos; y también son capaces de comparar los centros de detención de inmigrantes que tienen niños enjaulados, con campamentos de verano.

Pareciera que esta sociedad enferma está en fase terminal y por ello la barbarie se impone ante la razón. La muerte triunfa ante quienes luchan por vivir y vivir en paz. Y los grandes medios –como la FOX– ponen su granito de arena para exacerbar el odio y el fundamentalismo blanco en un país con millones de inmigrantes, latinos, afroamericanos, asiáticos y otros.

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