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Apostando por la destrucción de Siria

27 de junio de 2013

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No nos llamemos a engaño: la  reciente decisión norteamericana de enviar más armas a la multivariada oposición siria-  mayormente mercenarios y terroristas fundamentalistas- no solo “legitima” lo que ya había estado ocurriendo desde hace más de dos años, sino que entra en el  propósito de convertir al Mediterráneo en un lago de la Organización del Tratado del Atlántico Sur (OTAN).
No es la primera vez que se dice, pero la cuestión toma ahora sesgos más serios, a fin de evitar la derrota opositora ante un ejército que se ha mantenido firme y que es considerado el único árabe que puede enfrentar a Israel.
Para acelerar la desestabilización de Siria y eliminar un fuerte aliado de Irán, la OTAN ha ido estableciendo una cabeza de puente muy cerca de la frontera meridional de Rusia, e instalado cohetes antimisiles Patriot, a lo que ha respondido Moscú con el fortalecimiento de su Flota mediterránea, principalmente en el puerto sirio de Tartous, donde instaló su sistema de defensa aérea S-300 –uno de los mejores del mundo, comparado al de los Patriot-y entregado tal arma a Damasco, en virtud de un convenio anterior al comienzo de la agresión.
Asimismo, Moscú modernizó el sistema S-400, aún más sofisticado, el que piensa utilizar si ocurre una invasión directa de Occidente.
Ante el desplegado poderío ruso, analistas occidentales admiten que sería un suicidio atacar a Siria por el mar, por lo que especulan con una invasión desde Arabia Saudita.
En anterior comentario ya habíamos señalado que Estados Unidos había desplegado modernos aviones de combate y misiles Patriot en la región fronteriza de Jordania, nación árabe que abrió dos corredores aéreos para que los drones israelíes accedan y ataquen territorio sirio.
A ello se agrega que Francia y Turquía, ambos miembros de la OTAN, han invertido ilimitadamente en el contrabando de armas y han apostado por una guerra civil en Siria, a la vez que frustran toda posibilidad de diálogo entre el gobierno de Al Assad y la fragmentada oposición.
NO SOLO CONTRA RUSIA, SIRIA E IRÁN
Expertos aseguran que todo lo anterior forma parte de un plan de “reposicionamiento” del Pentágono, intento que significa a largo plazo impedir el acceso al transporte marítimo chino y a la expansión a mar abierto de la Armada de China.
El Consejo Nacional de Seguridad de Estados Unidos afirmó que el país debe reequilibrar su estrategia de Medio Oriente a Asia, y personeros de la OTAN repiten insistentemente que el bloque debe “mantener a los rusos afuera, a los estadounidenses adentro y a los alemanes abajo”.
Pero las acciones de la OTAN lo que hace realmente es juntar más a Rusia y China, como sucede en el grupo BRICS ( con Brasil, la India y Sudáfrica) y en la expandida Organización de Cooperación de Shanghai, que se convierte rápidamente en un bloque económico y también militar.
Lo cierto es que en estos momentos predomina la realización del plan norteamericano denominado Dominación a Espectro Completo, que implica que Washington cerque a Asia con cientos de bases militares y sistemas de defensa de misiles, lo cual le da preponderancia en la peor amenaza: la capacidad de realizar el primer ataque.
En este contexto, además de las continuadas maniobras de provocación a la República Popular Democrática de Corea, se halla la apuesta de Estados Unidos y sus aliados de todo tipo para destruir a Siria.

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