AMLO vs neoliberalismo
11 de febrero de 2021
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En medio de una crisis social y económica agravada por la fuerte expansión de la pandemia del nuevo coronavirus, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO) subrayó su decisión de seguir luchando contra el neoliberalismo y erradicar el mal que representa para su Patria.
AMLO no ha retrocedido ni un ápice en sus convicciones políticas, ni incluso cuando era abrumado por las políticas negativas de Estados Unidos, entronizadas durante el anterior mandato de Donald Trump tendentes a ampliar la desigualdad y monopolizar privadamente, como mercancía, a la salud, la educación, el agua, etc.
Todavía el 48,3% de la población mexicana está en condiciones de pobreza moderada y extrema, y si hay esperanzas de disminuir tan alto índice es gracias a las políticas sociales que el actual gobierno está implementando, incluso en zonas donde se han instalado momentáneamente miles de emigrados centroamericanos que han tratado inútilmente de entrar en Estados Unidos.
Pero más allá de los números oficiales, AMLO enfrenta una sociedad dividida entre un 80% de personas pobres y vulnerables y un 20% que no lo son, con millonarios que representan el 1% de la población y concentran el 43% de la riqueza total de la nación.
La profunda desigualdad económica que vive México se debe al neoliberalismo, modelo que rige desde hace 35 años y que no puede ser borrado a rajatablas como se quisiera, que con su lógica de “libre mercado” ha destruido la mayoría colectiva de la propiedad pública llevando así a la rienda de los monopolios privados las industrias y los servicios, que antes servían como base económica para el desatollo nacional.
El neoliberalismo, como ideología económica, busca reducir el papel del Estado en la economía y, por lo tanto, la inversión pública en sectores medulares como la salud, la educación y la comunicación.
Ante la abismal desigualdad, AMLO no es para nada contrario a las políticas propuestas por el doctor Gerardo Esquivel en un estudio para Oxfam México, en el que propone, como primer punto, la creación de un auténtico Estado Social, donde es imprescindible cambiar los programas asistencialistas, que sólo buscan mitigar la profundidad y la extensión de la pobreza, por políticas sociales basadas en la garantía de la alimentación, total gratuidad en la educación y la salud a todos los niveles.
Como segundo punto, una política fiscal más progresiva, es decir, que contribuyan más quienes más tienen,
El tercer punto, Gasto Mejor Fiscalizado, trata de inversiones públicas que detonen el desarrollo regional de zonas como la Sur-Sureste, en sectores como la salud y la educación, así como la reducción del gasto corriente.
El cuarto punto, Política Salarial y Laboral, propone iniciar un amplio proceso de recuperación de la capacidad de compra del salario mínimo y una política laboral que rebalancee el poder de negociación entre trabajadores y patronos.
Como punto cinco, Mecanismos de Transparencia y Rendición de Cuentas, donde se constituyen programas rígidos contra la corrupción en todos sus niveles.
Estas propuestas manifiestan una clara política contra el modelo neoliberal, las privatizaciones, y pueden constituir una base para el modelo económico que trata de impulsar AMLO en medio de la actual crisis económica y pandémica.
Y, a manera de resumen, esta es una buena vía para combatir la pobreza, un gran fantasma que aprisiona a la sociedad mexicana y a la mayoría del resto del mundo.
Y es que radica en el nivel de desigualdad de una sociedad, no en la generación de riqueza.
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