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AMLO bendice con el agua

2 de mayo de 2019

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México es rico en agua, un bien que los anteriores gobiernos han utilizado mal, pero que con el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) adquiere otra dimensión, porque pretende repartirlo entre todos y no para disfrute de quienes lo explotan.

La actitud de AMLO es hasta ahora consecuente con su prédica de la campaña electoral que lo llevó merecidamente a la Presidencia de México, que le birlaron en dos ocasiones anteriores; y así lo ha demostrado en el rechazo a la continuada agresión contra Venezuela y en el mantenimiento del principio de no injerencia en los asuntos internos de las naciones, fiel a las enseñanzas del prócer Benito Juárez, quien afirmaba que el respeto al derecho ajeno es la paz.

En este contexto también se desarrolla su política interna, empeñada en tratar de eliminar en lo posible las taras que han dejado anteriores gobiernos.

López Obrador se ha propuesto que el agua llegue a todos, y no sólo los ricos disfruten de sus beneficios, y así lo demostró en una reciente visita al estado de Sinaloa, donde dio a conocer programas de bienestar general, junto a los de mejores créditos a ganaderos y productores.

Acompañado de la titular de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), Blanca Jiménez Cisneros; la secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), Josefa González Blanco; el secretario de Agricultura y Desarrollo Social, Víctor Villalobos, y el gobernador Quirino Ordaz, el mandatario federal encabezó el programa “México con agua se transforma”.

En su participación López Obrador aseguró que cumplirá con sus promesas de campaña, por lo que su plan está enfocado en acabar con la corrupción para obtener recursos para el desarrollo; y explicó que dará apoyo a las comunidades más pobres mediante sus programas sociales, como pensiones adultos mayores y personas con discapacidad, apoyo para jóvenes que buscan empleo, becas para estudiantes, todos mediante una tarjeta que solo podrán cobrar los beneficiarios.

Además, dijo que se ayudará a pequeños y medianos comerciantes, mediante el programa denominado Tandas para el bienestar, “y lo mismo será con el crédito ganadero”; dijo, tras lo cual mencionó que también beneficiará con los precios a la canasta básica.

Aseguró que el presupuesto es suficiente para todos los programas y prometió que cumplirá con sus compromisos. Destacó que se debe dar impulso económico a México a través de proyectos productivos, inversión extranjera y la creación de empleos.

Asimismo, visitó el municipio de Escuinapa, donde abordó el tema de “Desarrollo Turístico Escuinapa”, y se trasladó a Culiacán, para la entrega de Tarjetas de Bienestar.

 

Mal histórico

México presenta una larga y triste historia en el manejo del agua, equivalente a la del narcotráfico, incoada en su aspecto más peyorativo durante el mandato de Vicente Fox, un hombre “hecho a sí mismo” con el concurso de la Coca Cola, y quien llegó a recomendar sin desenfado resignación a los familiares de los estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa.

Fox triplicó las concesiones otorgadas a las empresas embotelladoras de agua, especialmente a subsidiarias de Coca Cola y de la empresa Nestlé, y coadyuvó a que su país ocupe desde hace años el segundo lugar en el mundo como consumidor de agua embotellada.

Por lo menos, hay 12 millones de personas sin agua en 30 000 comunidades, donde se pueden observar niños que acarrean el líquido en la espalda y mujeres que tienen problemas de columna, por cargar cántaros de agua en la cabeza y miles de menores que tienen manchas en los dientes por los excesos de minerales en el líquido que toman.

El saliente presidente Peña Nieto, del Partido Revolucionario Institucional, no hizo mucho al respecto, pero sí avaló la política del anterior gobierno del derechista Partido de Acción Nacional.

Esto no es nuevo, ya que desde 1969 se transfirieron los distritos de riego público a la gestión directa de los agricultores, además de que existe la participación del sector privado en el suministro de agua potable y saneamiento, y el tratamiento de las aguas residuales se subcontrata en gran escala en todo el país.

Pero no se conoce que, al final, ello es controlado por entes que dicen buscar la mejora de la eficiencia en un sector como el agua, que es un asunto de seguridad nacional, mientras no se cumplen los presupuestos estatales al respecto y no se entregan completos los recursos.

Empresas como Vindenis, Tex Wather y Sue se aliaron con los grandes consorcios mexicanos Tribasa, Peñoles e ICA, con el fin de presionar al gobierno de turno a fin de que existan mayores concesiones y privatizaciones para el manejo y cesión del agua.

Ni que decir que el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, bajo sus políticas de desregulación, están interesados en la eliminación gradual de los subsidios al líquido y la entrada de capital privado.

O sea, el modelo neoliberal impuesto al país sugiere que en materia de agua las empresas trasnacionales y las instituciones financieras internacionales sean las que conduzcan estos servicios, y este tipo de privatización está avalado lamentablemente por las modificaciones al artículo 27 de la Constitución.

Con AMLO esto ya está cambiando, y para bien, haciendo ver que el agua es realmente un producto que el pueblo debe recibir como bendición.

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