América Latina y el Caribe: está alerta y en guardia
13 de enero de 2025
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La convocatoria conjunta por parte de los gobiernos de México y Honduras -actual presidente de la CELAC- para una reunión de cancilleres de ese importante grupo regional que incluye a todas las naciones de América Latina y el Caribe, y se efectuará en el curso del mes de enero, significa sin dudas no solo el cumplimiento indicado por los reglamentos de esa organización ante la urgencia de adoptar una posición común sobre el candente tema de las migraciones, su regulación justa y sus probables consecuencias; sino también acercarse de la manera más cohesionada y aceptable a otras cuestiones y graves perspectivas que enfrenta hoy la región como son las amenazas abiertas y las desenfadadas presiones que -según su propio autor- hace el futuro mandatario yanqui. Violaciones flagrantes de la soberanía, robo de territorios y expulsión de migrantes se encuentran listas y enumeradas en el programa de gobierno de Donald Trump y entre las promesas electorales que no dejará de cumplir, según el mismo ha vociferado.
La situación, evidentemente, se aproxima a puntos que pueden llegar a ser explosivos si las presuntas víctimas no alcanzan un área de entendimiento con el potencial agresor. Es temprano aún para poder vaticinar una perspectiva, pero si es seguro que sobrevendrían enfrentamientos probablemente violentos si los dictados imperiales no se reconsideran y se insiste en su imposición, que no podrá ser sino por la fuerza y violando leyes internacionales, incluida la Carta de Naciones Unidas, que supuestamente debe garantizar la paz y el orden mundial.
Ejemplos lamentables y sangrientos vemos hoy mismo en otras regiones cuando estos preceptos no se aseguran. La anunciada reunión de cancilleres de la CELAC forma parte de los esfuerzos que debe hacer Nuestra América para mantenerse como Zona de Paz, cual lo expresa la esperanzadora Proclama suscrita el 29 de enero de 2014 en La Habana, por la II Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños.
Ante las amenazas inminentes, América Latina y el Caribe entra en fase de alerta y en guardia.
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