Amenazas de fin de año
21 de diciembre de 2017
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Realmente el presidente estadounidense Donald Trump se ha trazado el objetivo de convertirse, cada día, en noticia de primera plana en la prensa nacional de su país y de todo el planeta, quizás como una táctica de marcar la pauta para que comunicadores y gobiernos descuiden asuntos muchos más serios que ponen en peligro la paz mundial y los destinos de la humanidad.
Al inicio de la penúltima semana de diciembre el mandatario dio a conocer el plan estratégico de su país, documento que a solo horas de darse a conocer en Washington, fue duramente criticado por las autoridades chinas y rusas, además de provocar alarma entre comentaristas y voceros de diferentes países.
El supuesto acercamiento a los líderes de ambos naciones desde su llegada a la Casa Blanca fue descartado de un plumazo, provocando todo lo contrario, ya que ahora, Moscú y Pekín son enemigos y no “socios estratégicos” como en su momento los calificaran presidentes demócratas, como Barack Omaba. Ahora, en el mejor de los casos, y para el agrado de los halcones, son competidores.
De inmediato la respuesta china no se hizo esperar, afirmando un vocero del gigante asiático que la promoción de la paz, el desarrollo y el orden mundial son prioridades de su política exterior, ante la decisión de Estados Unidos de considerarla un rival que amenaza sus intereses. Además, se consideró contradictorio el empeño de Estados Unidos de etiquetarla de adversaria y al mismo tiempo hablar de establecer asociaciones bilaterales.
La presión que EE.UU. y otros países occidentales ejercen sobre Rusia y sus vecinos miembros de la Comunidad de Estados Independientes (CEI) permite hablar de “una guerra híbrida no declarada” afirmó de inmediato el director del Servicio de Inteligencia Externa y ex presidente del Parlamento ruso, Serguéi Narýshkin, en respuesta a la valoración hecha en Washington..
Por otra parte y según el portavoz presidencial ruso, Dimiktri Peskov, Rusia estudiará la nueva estrategia de seguridad de EE.UU. pese a que incluso una lectura rápida revela “el carácter imperial” del documento, Destacó además que el texto es bastante extenso, y “debe ser examinado cuidadosamente”, de lo cual se encargarán “todos los departamentos pertinentes” rusos.
En el polémico documento estadounidense se deja claro que la seguridad nacional pasa también por la seguridad económica y recalca que Estados Unidos “no seguirá cerrando los ojos ante las violaciones de normas, las trampas o las agresiones económicas”, aunque como siempre se acusa pero no se presentan pruebas y mucho menos se argumenta.
Una vez más y como “mensaje navideño” el gobierno estadounidense tensa las relaciones con estos dos países y otros, ya que ninguna otra nación escapa a ser valorada desde ahora según la evaluación imperial.
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