Amenaza nuclear y cielos nublados
13 de julio de 2020
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El presidente ruso Vladimir Putin acaba de acudir ante la prensa para confirmar una grave noticia: el régimen de Trump ya ha dado a conocer por vías extraoficiales que no ratificará la prolongación del Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares (TNPF), cuyo vencimiento tendrá lugar en 2021 y deberá ser prorrogado por cinco años más.
Como se recordará, el TNPF suscrito originalmente en 1963 -poco tiempo después de la dramática Crisis de los Cohetes o Crisis de Octubre de 1962-, se convirtió en piedra angular o punto de partida de todos los compromisos y acuerdos surgidos en décadas subsiguientes referidos al control o limitación del ar5mamento nuclear, así como a su proliferación y puede afirmarse que aún con altibajos y sobresaltos cumplió en lo fundamental sus propósitos, tras ser prorrogado por otros 25 años en la década de los 80.
El régimen de Trump, siguiendo irresponsablemente su política de extraer a Estados Unidos de los más importantes compromisos internacionales, arremeter contra el multilateralismo y satisfacer absurdas aspiraciones de dominio mundial, anunció simultáneamente su retirada del Tratado de Cielos Abiertos, mediante el cual 34 países asumieron desde 2002 la posibilidad de verificar y controlar entre ellos las respectivas maniobras y ejercicios militares, en particular de carácter aéreo.
El área de acción de este tratado incluye a un amplio territorio que va desde Vancouver, Canadá, hasta la lejana Vladivostok, Rusia, y participan todos los miembros de la OTAN.
En medio de la pandemia que lo ahoga y envía a la muerte segura a decenas de miles de estadounidenses, el mandatario yanqui vive peligrosamente obsesionado por el fracaso posible de su reelección y da palos a diestra y siniestra, en un camino imprevisible y sin rumbo fijo, aumentando incertidumbre y dudas sobre el futuro de la humanidad.
Crecimiento de la amenaza nuclear y recrudecimiento de la desconfianza mutua, -como en los peores tiempos de la guerra fría,- es el tétrico balance de este régimen en sus primeros cuatro años -que ahora aspira a ampliar-, y ello explica por qué aun sus aliados no dudan en calificarlo como un socio no confiable, del que puede esperarse en cualquier momento lo peor.
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