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Algo más que un NO al G7 de Trump

1 de junio de 2020

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Un peso pesado de la economía mundial, la canciller alemana Ángela Merkel, dijo no a la invitación del mandatario estadounidense Donald Trump, quien había convocado en Estados Unidos una Cumbre del Grupo de los Siete (G7), en medio de la pandemia por la COVID-19.
Sin lugar a dudas, el gobernante se proponía dar un golpe mediático, con aquello de «abrir la economía», como si no contara que precisamente este 31 de mayo, su país llegaba a la alarmante cifra de un millón 770 384 contagiados y 103 781 fallecidos a causa de la enfermedad.
La agencia AP, que reportó este domingo el regreso de Trump desde la Florida hasta Washington a bordo del avión presidencial AIR FORCE ONE, cita al mandatario cuando en su acostumbrado twitter escribió: «Ahora que nuestro país está en transición de nuevo hacia la grandeza, estoy considerando reprogramar la G7 para la misma fecha o una fecha similar, en Washington, D.C, en el legendario Camp David», «Sería una gran señal para todos: ¡la normalización!», enfatizó en su perseverancia de celebrar la reunión de las mayores economías capitalistas del planeta.
El G7 está integrado por Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Alemania, Japón, Italia y Canadá. La presidencia del bloque se la rotan cada año los países miembros y esta vez, Trump quiere invitar, además, a Rusia, Australia, Corea del Sur e India, en una obvia maniobra de dividir e influenciar en mecanismos de concertación como el BRICS, al que pertenecen Rusia e India.
Trump, no invita a China, la economía de mayor peso mundial y la más grande entre las naciones del BRICS. Nadie crea que es un olvido o una casualidad. Se trata de parte de una guerra contra el gigante asiático que Washington quiere escenificar en todos los escenarios posibles.
La negativa de la canciller alemana a asistir a la cita de Trump, tiene antecedentes dentro de una política global llena de exabruptos por parte del mandatario estadounidense y también de gobernantes que plantan cara ante el magnate acostumbrado a decidir los destinos del mundo.
Medios de prensa alemanes refieren este domingo que el rechazo de Ángela Merkel a aceptar la convocatoria de Trump «es el último de una larga lista de ejemplos de complicadas relaciones entre los dos líderes».
Se especifica que en una reciente llamada, los dos dirigentes tuvieron «acalorados desacuerdos» sobre la OTAN, Nord Stream 2 y respecto a las relaciones con China.
La publicación rusa Sputnik opina que «las disputas entre EE.UU y Alemania se basan en la cuestión de la soberanía alemana y europea», porque «Alemania ha estado subordinada a Washington durante décadas, lo que antes se justificaba por una amenaza de la URSS, pero ahora Rusia no representa ninguna amenaza».
Un ejemplo, en 2018, Merkel se negó a cumplir las condiciones establecidas por el presidente Trump sobre el gasoducto ruso Nord Stream 2, que unirá directamente Rusia y Alemania, y permitirá circunvalar totalmente el paso habitual por Europa del este.
En la relación de desencuentros entre ambos mandatarios, se puede observar, además, el hecho de que la canciller alemana manifestara su desacuerdo con el enfoque unilateral de la administración Trump sobre una serie de cuestiones de política exterior, desde el cambio climático hasta el acuerdo nuclear con Irán. Además, Alemania se opone a la última decisión de Trump de retirarse del Tratado de Cielos Abiertos, uno más en su larga lista de decisiones que rompen con el equilibrio y la estabilidad mundial.

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