Algo más que un juicio político
9 de octubre de 2019
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Ahora surge otro informante anónimo para enredarle la vida al presidente norteamericano, Donald Trtump, en relación al juicio político solicitado por sus rivales demócratas, en ocasión de tratar de utilizar a su homólogo ucraniano, Zelenski, para que le informara sobre presuntos negocios ilícitos del hijo de Joe Biden, el precandidato del Partido Demócrata que supera al mandatario en las encuestas con vistas a las elecciones del 2020.
Para colmo, Trump también le pidió algo similar a Xi Jinping, el presidente de China, nación con la que tiene declarada una guerra comercial.
Realmente, tal como pasó con otros tres presidentes estadounidenses, no creo que prospere la petición de impeachment contra Trump, a quien el establishment que domina en Estados Unidos le ha dejado hacer de todo en perjuicio del mundo, incluidos los propios norteamericanos, sobre todo los de menos recursos, esos que sufren prisión, duermen en las calles, no tienen seguro médico y pagan los platos rotos de una sociedad que se ahoga en drogas y el pánicoque la hace armarse hasta los dientes.
Qué se puede pensar de un presidente que ha contribuido a que el Imperio que representasea una perenne amenaza para el planeta, por su agresión al medio ambiente y desenfrenada carrera armamentística.
Pero volviendo al impeachment, no es realista aspirar a un juicio político un año antes de las elecciones. Serían otras las intenciones. Contener a Trump en límites estrechos, fulminar su futuro y consolidar a un sucesor conservador como Biden, si forma parte de lo probable.
Es posible que Trump no esté descarrilado cuando dice ser “víctima” de un intento de golpe, un golpe palaciego más precisamente, si pensamos en la denuncia del agente de la inteligencia que desató el vendaval contra el mandatario. Y ahora aparece otro, al parecer también de la Agencia Central de Inteligencia.
Algunos libelos derechistas y cercanos a la gusanera cubana miamense señalan que el intento demócrata se le puede virar en su contra, pero no explican el porqué Trump amplificó premeditadamente esta controversia que amenaza con escapársele de las manos. Ello se puede ver en las más recientes apariciones televisivas del susodicho en que se le ve extremadamente nervioso y, aunque trate de disimularlo, a la defensiva.
Algo que quizás algunos olviden es que la líder demócrata de la Cámara, Nancy Pelosi, quien hace algún tiempo ya había pensado sobre el impeachment a Trump -que en ese momento tenía menos probabilidades de avanzar- encabezó la comisión de inteligencia de la Cámara y supervisó el aparato de seguridad nacional. El detalle interesante es que intervino en la redacción de la ley que preserva a los agentes o funcionarios que presenten denuncias y define la forma en que se comparte esa información con el Congreso. Cuestiones como el soplo sobre Ucrania, precisamente.
Otros dos ex agentes de la Central de Inteligencia, ahora legisladoras demócratas, Elisaa Slotkin, de Michigan, y Abigail Spanberger, de Virginia, estuvieron detrás de ese giro crucial. Ambas, junto a otros cinco diputados, todos ex militares, publicaron una columna en “The Washington Post” el 23 de septiembre en la cual denuncian que Trump violó la seguridad nacional usando, “para su beneficio personal” los fondos asignados por el Congreso “para crear estabilidad en el mundo”.
Un interrogante que surge es si Trump estaba vigilado a la espera que derrapara como lo hizo con su colega ucraniano. Esa incógnita lleva a otras en un nivel superior: ¿es esto una acción de los demócratas para fulminar la reelección del magnate? ¿O es mucho más que una disputa política, una cuestión de poder?
No quiero extenderme más sobre este asunto, porque, subrayo, no creo que Trump sea destituido por ello, y más cuando ha hecho y deshecho, con todo tipo de chapucerías, y ha salido indemne. Pero sí le puede costar la reelección.
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