Trump y los rifirrafes con la prensa
19 de noviembre de 2018
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He tratado de encontrar, en la controversia entre el presidente Donald Trump y algunos periodistas y medios de prensa, cuánto es real, cuánto ficticio, parte de un montaje bien elaborado por él y sus asesores de prensa, y también cuánto hay de maniático en este personaje.
Lo que para mí queda claro es que Trump disfruta –quizás hasta narcisistamente– su comportamiento con los medios de prensa.
La última de sus tropelías ocurrió durante una conferencia de prensa, cuando el periodista de la CNN, Jim Acosta, hizo alguna pregunta incómoda y Trump optó por quitarle la credencial de corresponsal ante el recinto oval.
El asunto, llevado al mundo por las propias cámaras de televisión instaladas allí, fue seguido de un reclamo judicial de la dirección de la CNN, con un fallo favorable a la emisora y la orden de que se devolviera la credencial al reportero.
Tres días después Trump ha declarado: “Creo que una de las cosas que haremos será apagar la cámara que les enfoca porque, entonces, no tendrán tiempo en antena, aunque probablemente yo sea demandado por eso y puedo, tu sabes, ganar o perderlo (un pleito)”, según EFE.
En declaraciones a Fox News, afirmó que el reportero Acosta es “increíblemente maleducado…y aseguró que su administración está formulando en la actualidad “normas y regulaciones” y que tendrá reglas de decoro para los corresponsales. Además, advirtió de que si Acosta no se comporta en las ruedas de prensa será expulsado o pararán las comparecencias.
En su característico discurso de decir una cosa y luego afirmar lo contrario, Trump aseguró que “nadie cree más en la Primera Enmienda de la Constitución, que garantiza la libertad de prensa, que él.”
Finalmente se quejó de que “las noticias sobre mí son en gran parte falsas, son falsas, incluso a veces dicen ‘fuentes dicen’ y no hay ninguna fuente en muchos casos”, indicó.
Meses atrás durante estos dos años de mandato, el Presidente había escenificado otros “desencuentros con la prensa”. Incluso llegó a ofender a periodistas, acusar de mentirosos a algunos medios, o provocarlos en busca de protagonismo mediático.
Hace unos días la televisora Telesur transmitió una entrevista entre Jorge Gestoso y una dirigente afro descendiente norteamericana.
Ante una pregunta de cómo ella cree que serán los próximos dos años de gobierno de Trump, tras las elecciones de medio término, ella respondió, más o menos con estas palabras.
Estamos muy preocupados. De este hombre se puede esperar cualquier cosa. Incluso que desate una guerra nuclear. Todas sus medidas anti inmigrantes, su desprecio por todo lo que no se le atribuya a él. Su continuo ir y venir, decir y no decir, mentir y volver a mentir, lo convierte en un personaje muy peligroso, advirtió.
Y es hasta curioso, pero se me ocurre pensar que el señor Trump no realiza acciones contra la gran prensa, sino la provoca para conocer su reacción y luego tenerla de aliada.
No sería la primera vez que en ese país, grandes medios televisivos sirvan a un mandatario, por equivocado que esté, en su transitar por el mundo queriendo convertir a Estados Unidos y convertirse él, en el obligo del mundo y en referencia mediática de cada día.
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