A conveniencia del Imperio
13 de julio de 2021
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Mientras el mundo se debate en medio de la crisis económica agravada por la pandemia de la COVID-19 y sus diferentes cepas, los defensores del Imperio intensifican la divulgación de ideas en defensa del neoliberalismo y lo inútil del esfuerzo que se haga para desplazarlo.
Ahora vuelve a resurgir, con más fuerza, la teoría promovida por círculos conservadores y neoliberales a fin de justificar el enorme crecimiento de las desigualdades que caracterizan los tiempos actuales, las cuales, realmente, son resultados de esas ideas conservadoras y dominantes.
Esos elementos se valen de su poder mediático para promover que tales desigualdades son consecuencias de la diversidad genética dentro de las poblaciones donde existen. Para ellos, las diferencias de renta se presentan como resultado de la diversidad en la composición genética de la población.
Así, en un artículo publicado en la revista Science se señala la estructura genética de una persona y/o grupo étnico como causa de su desarrollo educativo y, a través de ello, del nivel de renta que adquiere.
Y en la Universidad de Harvard se aprobó y publicó una tesis que sostiene que los hispanos de Estados Unidos procedentes de países de habla española, tienden a concentrarse en las clases menos adineradas y con menos recursos, debido a su inferior estructura genética, menos desarrollada y de menor calidad que la existente en la población blanca nacida en EE.UU.
Es sorprendente que esta hiperracista tesis haya sido, aprobada en un centro que tiene un alto prestigio en el mundo académico estadounidense.
Los errores y falsedades del estudio son múltiples, comenzando por asumir una estructura genética propia de los hispanos, un grupo que, más que étnico, es cultural, que se caracteriza por su enorme diversidad genética.
Y es que para mantener el gran dominio neoliberal se requiere una teoría hegemónica, legitimadora y justificativa del enorme crecimiento de las desigualdades, en lo que lo social se presenta como biológico.
Esto recuerda a las teorías genetistas del racismo, que hoy se enseñan sin ningún pudor en algunos centros académicos estadounidenses.
En realidad, este panfleto, más que tesis, intenta justificar una estructura de poder que es la que financia y promueve este tipo de estudios, excluyendo a pensadores críticos de tal estructura.
Todo a conveniencia del Imperio.
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