Julio Antonio Mella, un revolucionario ejemplar

10 de enero de 2019

Por: Roberto Ortiz del Toro

 

 

“Nadie hizo tanto en tan poco tiempo”, dijo el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, al referirse a la obra revolucionaria de Julio Antonio Mella, aquel joven que tuvo una breve pero intensa vida al servicio de su amada Patria.

Nació en La Habana el 25 de marzo de 1903, y sobresalió como líder revolucionario y fundador de la Universidad Popular “José Martí”, y del Primer Partido Marxista Leninista de Cuba, junto a Carlos Baliño.

Debido a sus actividades revolucionarias este líder estudiantil y militante comunista fue expulsado de la Universidad a donde había ingresado como estudiante de Derecho y Filosofía y Letras; además de ser fichado y perseguido por la tiranía machadista, por lo que tuvo que emigrar a México, donde continuó destacándose como una figura de prestigio continental y de firme postura antiimperialista.

“Muero por la Revolución” fueron sus últimas palabras cuando se sintió herido por balas mercenarias a sueldo del tirano Gerardo Machado,
quien lo mandó a ultimar en México donde se encontraba exiliado.

Cobraban entonces plena vigencia sus proféticas palabras: “hasta después de muertos somos útiles”, pues a partir del 10 de enero de 1929, cuando
sus asesinos pensaron que lo habían eliminado, Mella se transformó en símbolo y bandera de lucha para la causa de la libertad de Cuba.

La juventud cubana se nutre de las enseñanzas y el legado de Julio Antonio Mella, aquel joven apuesto y atlético que hizo de su vida un ejemplo de entrega total y absoluta al compromiso histórico que asumió como líder político, y que supo cumplir cabalmente hasta su desaparición física.

Al arribar al aniversario 90 de su vil asesinato, su presencia entre los jóvenes cubanos permanece inalterable y perpetua. Su efigie, junto a las de Camilo y el Che, identifican el emblema de la Unión de Jóvenes Comunistas de Cuba (UJC). Es un modo de rendir honor a quien honor merece.

 

(Tomado de Radio Angulo)