Tras el misterioso hundimiento del acorazado Maine junto al litoral habanero, el gobierno de Estados Unidos emprende una serie de preparativos bélicos
29 de marzo de 2013
Tras el misterioso hundimiento del acorazado Maine junto al litoral habanero, el gobierno de Estados Unidos emprende una serie de preparativos bélicos. Una guerra de conquista constituía una necesidad del desarrollo capitalista en esa nación.
Mientras las autoridades norteamericanas hablaban de un “”arreglo”” de la cuestión cubana y aparentaban deseos pacifistas, emprendían los preparativos para una contienda militar con España.
El 20 de abril de mil 898 el Congreso estadounidense emite la llamada Resolución Conjunta, en la que se declara que Cuba es, y de derecho debe ser, independiente. Un párrafo posterior revela la hipocresía que caracteriza la política exterior de ese país. Una enmienda introducida al documento anuncia y justifica la ocupación militar norteamericana con el objetivo de “”pacificar”” a la Isla de Cuba.
Comienza entonces una guerra depredatoria que culminaría con el Tratado de París, el cercenamiento de la soberanía nacional y la posterior frustración republicana.