Primera representación en nuestro país del oratorio “Juana de Arco en la hoguera”, de Arthur Honegger
29 de marzo de 2013
La segunda efeméride de hoy se refiere, como ya se sabe, al aniversario 57 de la primera interpretación en Cuba del oratorio “Juana de Arco”, de Arthur Honegger, el cual había sido creado por el compositor franco-suizo en 1934.
Para esta obra, Honegger se inspiró, por supuesto, en la figura de la heroína francesa Juana de Arco, y acudió, como otros músicos, a la colaboración del escritor Paul Claudel para la creación del argumento y del texto. Sin embargo, la inspiración inicial para esta Juana de Arco, había procedido de Ida Rubinstein quien, quizás no pasara ella misma como actriz y bailarina a la historia del arte, pero cuyo impulso a obras como El martirio de San Sebastián, de Debussy; el Bolero, de Maurice Ravel o esta Juana de Arco, de Honegger, no puede pasarse por alto.
La concepción de la Juana de Arco, de Honegger, se ajusta, en lo que al género se refiere, a ciertos elementos del oratorio clásico, como es el tema mismo y el empleo de los recursos del arte vocal para desarrollarlo. Sin embargo, a diferencia del oratorio antiguo, el de Honegger se representa y, junto a los personajes cantados, aparecen otros puramente dramáticos que recitan sus textos en forma típicamente teatral. Por otra parte, el montaje escénico requerido convierte a la Juana de Honegger en una representación impresionante y monumental.
Y sólo seis años después de la premier mundial de esta obra de Honegger, el oratorio Juana de Arco se representaba en La Habana a cargo de la soprano Iris Burguet con solistas, el Coro y la Orquesta Filarmónica de esta ciudad, bajo la dirección del maestro Thomas Meyer. Eso ocurrió en la Plaza de la catedral habanera, en 1951, UN DIA COMO HOY.