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Primera interpretación en nuestro continente de la Sinfonía “Harold en Italia”, de Héctor Berlioz

29 de marzo de 2013

Verdaderamente cuesta trabajo creer que la Sinfonía “Harold en Italia” le fuera comisionada a Berlioz por el gran virtuoso italiano Niccolo Paganini. Claro que Paganini no encargó precisamente esa obra, sino un Concierto para viola y orquesta, ya que él ejecutaba ese instrumento con igual maestría que el violín. Pero sucedió que Berlioz compuso una obra de acuerdo con su propio criterio y sin ajustarse, en lo absoluto, a los requerimientos de un virtuoso extravagante y espectacular como lo era Paganini. Y fue así que Berlioz creó, más que un concierto, una vasta sinfonía en cuatro movimientos con una viola solista, cuya función no respondía a la brillante exhibición técnica a que Paganini estaba acostumbrado, por lo que casi resulta ocioso decir que el italiano no se interesó en la obra que Berlioz le había escrito. Sólo se limitó a pagar cortésmente la suma de veinte mil francos, y no estrenó la obra. En cambio, para la historia de la música nacía “Harold en Italia”, una de las partituras más características e importantes de todo el romanticismo musical.
La obra concebida por Berlioz se inspiraba en el poema Childe Harold, del escritor inglés Lord Byron para quien, lo mismo que para Berlioz, el peregrinaje por Italia de Harold, protagonista del poema, buscando un escape a la soledad y a la melancolía, reflejaba la situación del artista romántico rechazado por una sociedad utilitaria y egoísta.
La obra se estrenó en noviembre de 1834 con el famoso violista Christian Urban en la parte solista, y su éxito fue tan resonante que el segundo movimiento, Marcha de los peregrinos, tuvo que ser repetido. Y veintinueve años después, la Sinfonía “Harold en Italia”, se escuchaba por primera vez en el continente americano en un concierto de la Orquesta del legendario Theodore Thomas. Eso ocurrió en Nueva York, en 1863, UN DIA COMO HOY.