Premier mundial del Concerto grosso, de Ernest Bloch
29 de marzo de 2013
Aunque la posición de Ernest Bloch como creador no alcanza el lugar privilegiado de algunos de sus contemporáneos como Stravinsky, Bartok o Hindemith, sí fue capaz de dejar en su catálogo algunas obras que permanecen en el repertorio orquestal por su interés y fuerza inventiva. Y una de esas importantes partituras escritas por Bloch es el Concerto grosso para cuerdas y piano obligado.
La obra, como indica su título, es un franco intento neoclásico de recrear, desde una perspectiva contemporánea, el espíritu, la sonoridad y la forma del Concerto grosso barroco, pero sustituyendo el clavicembalo del bajo continuo por un piano.
El Concerto grosso, de Bloch, presenta una estructura en cuatro movimientos: el primero es un vigoroso y enérgico preludio; el segundo es un “dirge”, nombre aplicado a una composición funeraria en forma de lamento; el tercero está integrado por una pastoral, seguida de danzas rústicas que nos hacen evocar el origen suizo del compositor; y el cuarto movimiento es una fuga, hacia cuyo final vuelve a escucharse el tema del enérgico preludio con el que se inició la obra.
El Concerto grosso, de Ernest Bloch, fue iniciado en Santa Fe, México, y concluido en Cleveland, donde se estrenó hace 83 años, UN DIA COMO HOY.