Premier mundial del ballet “La sílfide”, de Hermann Lovenskiold
29 de marzo de 2013
Hay obras que por su antigüedad o por las circunstancias de su nacimiento, adquieren una especial relevancia en la historia artística. Ese es el caso del ballet “La sílfide”, conocido también bajo el título “La sílfide y el escocés”, creado por Filippo Taglioni para su hija María. La obra no sólo elevó a la fama a la entonces joven bailarina, sino que inauguró la era romántica en la historia del ballet.
Inspirándose en esta “Sílfide” de Taglioni, el coreógrafo August Bournonville realizó una nueva versión para el Ballet Danés, que es la efeméride que estamos evocando. Desde entonces, dicha versión es la que permanece en el repertorio de muchas compañías y constituye una muestra ejemplar de la escuela danesa de ese arte.
En la primera versión de “La sílfide”, se empleaba una partitura de Jean Schnitzhoefer, pero en el montaje de Dinamarca se utilizó la música del compositor, también danés, Hermann Lovenskiold, quien vivió entre 1815 y 1870.
“La sílfide” se ha convertido en una verdadera leyenda en la historia del ballet, y es indudable que Mijail Fokin tuvo presente su atmósfera legendaria cuando, a principios del siglo XX, dio el nombre de “Las Sílfides” al ballet que creara sobre la música de Chopin.
El ballet “La sílfide”, con música de Hermann Lovenskiold y coreografía de August de Bournonville, fue estrenado en Copenaghe por la famosa ballerina Lucile Grahn, hace 171 años, UN DIA COMO HOY.