Premier mundial de la Tercera Sinfonía, subtitulada “Litúrgica”, de Arthur Honegger
29 de marzo de 2013
Entre las cinco sinfonías escritas por el compositor Arthur Honegger, la Tercera, subtitulada “Litúrgica”, es la que ha logrado mayor trascendencia artística. Compuesta en 1945, año de terminación de la Segunda Guerra Mundial, la obra se inscribe en la órbita de lo más profundo y depurado que haya logrado su autor en su intención humanística. De ella, el propio Honegger dijo: “Mi Sinfonía es un drama en el cual hay tres actores: la miseria, la esperanza y el hombre. Ese es el eterno problema”.
En esas palabras de Honegger quedan patentizadas las reflexiones de un artista verdadero, estremecido por los horrores de una guerra que acababa de terminar. Y aunque muchos han querido ver en la Sinfonía “Litúrgica”, una obra transida de religiosidad, el propio compositor nos saca de un posible error cuando manifestó lo siguiente: “Quiero hablar de problemas humanos y terrenales”.
Honegger dio a cada movimiento de su Tercera Sinfonía, subtítulos en latín que corresponden a versículos de salmos y oraciones. Así, el primer movimiento (Dies ire), de intrincados ritmos y duras sonoridades, transmite la atmósfera del caos, la barbarie y la ceguera de una guerra devastadora.
Los metales enuncian frases, a veces poderosas y violentas, a veces grotescas, y todo el movimiento rezuma desesperación y dolor.
El Adagio (De profundis clamavi), es tenso y dramático. Su estructura es ternaria y, en su tratamiento temático y sonoro, deja traslucir un aliento de esperanza.
El tercer movimiento (Dona nobis pacem) se inicia con una larga marcha que parece sugerir el constante y firme avance de la humanidad en contra de la maldad y la destrucción. Luego, el movimiento se transforma en un dulce y consolador Adagio, en el que los solos de la flauta, el violoncello y el violín, se expresan como una apelación a las esencias humanas del hombre en pro de una paz duradera, en un mundo presidido por la fraternidad y la justicia.
La Tercera Sinfonía “Litúrgica”, de Arthur Honegger, se estrenó en Zurich, bajo la dirección del legendario Charles Munch, hace 61 años, UN DIA COMO HOY.