Premier mundial de la Sinfonía sevillana, de Joaquín Turina
29 de marzo de 2013
La generación de compositores españoles que irrumpió con gran fuerza en la escena musical en los primeros años del pasado siglo, y cuyas principales figuras fueron Albéniz, Granados, Falla y Turina, se caracterizó por un estilo francamente nacionalista Y aunque casi todos esos compositores pasaron por una etapa juvenil de aprendizaje en París, eso no les hizo perder el interés y el amor por la música popular de su tierra. Por el contrario, todos también, y cada uno con sus propios medios, reflejó esa cultura popular en sus obras instrumentales y vocales.
Joaquín Turina, quien nació en Sevilla en 1882 y falleció en Madrid en 1949, escribió tres obras orquestales cuyo nacionalismo se refleja en su música y en sus títulos. Esas obras son: La procesión del rocío, las Danzas fantásticas y la Sinfonía sevillana.
La Sinfonía es, más bien, un poema en tres partes, en el que Turina intenta reflejar el color y la atmósfera de Andalucía, y de una de sus ciudades más características, o sea, Sevilla.
El primer movimiento de la obra es una imagen poética de la ciudad. El segundo se refiere al río Guadalquivir, y el tercero evoca una fiesta popular con el empleo de danzas como el garrotín y el zapateado.
La Sinfonía sevillana, de Joaquín Turina, que ocupa el opus 23 en el catálogo del compositor español, se estrenó en San Sebastián, en 1920, UN DIA COMO HOY.