Premier mundial de la cantata escénica Carmina Burana, de Carl Orff
29 de marzo de 2013
De la intención por revivir, desde una posición moderna, determinadas formas y expresiones musicales que formaron parte de la secular cultura europea, nació la que es, sin dudas, la obra más conocida y sensacional del compositor alemán Carl Orff. Me refiero, por supuesto, al tríptico que él tituló “I trionfi”, o sea, “Los triunfos”.
“Los triunfos” está integrado por tres obras que pudieran calificarse como cantatas escénicas porque requieren en su representación algún tipo de elemento escénico. No hay personajes, como ocurre en la ópera o en el oratorio dramático; tampoco hay una base argumental como ocurre en la tradicional cantata de concierto. Aquí los protagonistas son, sencillamente, la música y la poesía. La música a través del ritmo, del contrapunto, de la armonía. En definitiva: de lo que es la música en su sentido más puro. Y la poesía, a través de la visión poética de tres momentos diferentes.
La primera obra del tríptico, así como la más popular, se titula Carmina Burana,
nombre latino que puede traducirse como Versos de Boiren, ya que todo el texto utilizado está integrado por poemas escritos hacia el siglo XIII y encontrados en un viejo monasterio cerca de Boiren, en los Alpes bávaros.
Al parecer, esos poemas fueron escritos por goliardos, nombre que recibían aquellos estudiantes o clérigos medievales que llevaban una vida irregular y disipada. Esos goliardos trataban, cosa difícil, de reconciliar la ascética moral cristiana con los placeres y deleites del mundo.
Dichos poemas fueron recogidos y publicados por Schmeler, y de ahí los tomó Carl Orff, quien seleccionó 24 de ellos y los organizó en grupos de acuerdo con su tema, o sea, los dedicados a la naturaleza, al amor, al placer del vino o a la fortuna terrenal.
De ahí que la obra de Orff sea, en ese sentido, y por ello su originalidad, el reverso de la medalla de los misales gregorianos y de los cantos litúrgicos. Es el reflejo de
la vida sensual, mundana y erótica que palpitaba bajo los arcos y las bóvedas de los conventos.
La cantata escénica Carmina Burana, de Carl Orff, se estrenó en Francfort del Meno, hace 73 años, UN DIA COMO HOY.