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Premier del Concierto para oboe y orquesta, de Ricardo Strauss

29 de marzo de 2013

Un 26 de febrero, el de 1946, se estrenaba en Suiza el Concierto para oboe y orquesta de Ricardo Strauss.
Como se sabe, existe una vertiente de la creación straussiana calificada por la crítica como “”ultrarromántica””, a causa de su énfasis emotivo y su gigantesca orquestación. Esa vertiente está integrada principalmente por sus monumentales poemas sinfónicos como Don Juan, Las alegres travesuras de Till Eulenspiegel, Muerte y transfiguración, Don Quijote y Así hablaba Zaratustra. Sin embargo, hay otro sector en el catálogo del compositor alemán que, por el contrario, se mueve en una atmósfera neoclásica y casi galante. Y entre esas obras neoclásicas de Ricardo Strauss se encuentran El burgués gentilhombre, la Suite sobe Couperin, la ópera El caballero de la rosa y el Concierto para oboe y orquesta.
Escrita en 1945, la obra parece justificar, por su espíritu ligero, lo que en cierta ocasión dijera el propio Strauss acerca de su trabajo como compositor: “”Yo no trabajo, yo me divierto””, dijo el músico alemán.
La transparencia de texturas y la claridad tímbrica de este Concierto para oboe son francamente admirables.
El instrumento solista, utilizando lo más eficaz y hermoso de su registro, despliega un virtuosismo jovial y desenfadado; y todo el decurso sonoro se mueve en la atmósfera de los “”divertimenti”” del clasicismo. Pero, a pesar de cualquier punto de contacto con el pasado, la obra denuncia a las claras la mano de Strauss en los detalles de sus diseños melódicos, en sus procesos armónicos y en la proyección emotiva de todo el contexto sonoro.
El Concierto para oboe y orquesta, de Ricardo Strauss, fue estrenado en la Tonn Halle de Zurich, hace 62 años, UN DIA COMO HOY.