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Premier de la Cuarta Sinfonía en Si bemol Mayor, de Beethoven

29 de marzo de 2013

De las nueve sinfonías escritas por Beethoven, la Cuarta es, sin dudas, la que menos se escucha en conciertos y grabaciones. El público en general no ha sentido por esta obra el mismo entusiasmo que ella despertara en los contemporáneos del compositor alemán; y para los críticos de las últimas décadas, esta partitura constituye, en la evolución de Beethoven, una especie de “regreso” al espíritu clásico, después del monumental estallido de la Eroica. Claro, también cabe esperar que en nuestros días, tan propicios a las revalorizaciones, se empezara a ver en esta obra, no una mirada hacia atrás sino una anticipación de tendencias posteriores…..
Piénsese que esta Cuarta Sinfonía, y sobre todo el Adagio que ocupa su segundo movimiento, podría considerarse como un antecedente del sentimiento romántico, tal como lo concibieron en sus obras orquestales compositores como Schubert hacia 1815, Mendelssohn hacia 1830 y Schumann hacia 1850.
La Cuarta Sinfonía de Beethoven, que fue escrita en 1806, posee un lirismo sonriente, chispeante y hasta humorístico, bastante alejado del serio patetismo de la Eroica o la Quinta. Por cierto, mucho se ha escrito acerca del estado de ánimo que fue capaz de generar en Beethoven esa partitura feliz, y se ha atribuido a la estancia del compositor en el castillo húngaro de los Brunswick, donde disfrutó de la constante compañía de su amada Teresa y pudo compartir con ella conversaciones, paseos y confidencias. La obra fue estrenada en un concierto organizado en beneficio del compositor alemán por el príncipe de origen checo Josef Franz Lobkowitz. Y eso ocurrió en Viena, en 1807, UN DIA COMO HOY.