Poco después de las tres de la tarde, una poderosa explosión estremece la ciudad de La Habana
29 de marzo de 2013
Poco después de las tres de la tarde, una poderosa explosión estremece la ciudad de La Habana. El buque francés La Coubre, con un cargamento de armas para la defensa del país, es objeto de un criminal sabotaje.
Cientos de personas acuden al lugar para prestar auxilio a las víctimas cuando un segundo estallido, de mayor magnitud, provoca una cifra superior de muertos y heridos.
La acción terrorista pretende evitar que la naciente Revolución cuente con los armamentos necesarios para enfrentar una posible agresión militar procedente de Estados Unidos.
Mediante groseras presiones diplomáticas, el gobierno norteamericano había logrado que muchos países se negaran a suministrar cualquier tipo de material defensivo a Cuba. Es éste el contexto en el cual los enemigos de la Revolución deciden llevar a cabo la salvaje operación contra el carguero francés””La Coubre””, que transportaba armas y municiones adquiridas por la Isla en Bélgica.
Como resultado del sabotaje, decenas de hogares cubanos se visten de luto.
Comienza apenas un largo camino de amenazas y actos hostiles que ya se extiende por más de cuatro décadas.
Un día después del brutal acto terrorista, durante el multitudinario acto realizado en el entierro de las víctimas, es pronunciada por primera vez una frase que devendría símbolo de la irrevocable decisión de todo un pueblo: PATRIA O MUERTE.